Muchos años después del gran diluvio, el mundo todavía estaba destrozado por el pecado. La gente trataba de vivir a su manera, en vez de preguntarle a Dios qué hacer. Sin embargo, Dios tenía un plan y para desarrollar este plan especial necesitaba una familia. A través de esta única familia y después de muchas y muchas generaciones de personas, Él enviaría a su Hijo. Esta familia aún no sabía sobre los planes de Dios. Además, ellos no eran nada especiales (antes los ojos de las personas)…no eran ricos o poderosos, eran pastores que cuidaban la tierra y protegían sus ovejas. Pero luego el Señor los hizo especiales. Él le habló a Abram y le dijo que tomara a su esposa Saraí y salieran de la tierra que conocían, que dejaran atrás a sus amigos y familiares y fueran a un nuevo lugar. Ellos escucharon a Dios y comenzaron su viaje. Aún cuando los tiempos fueron difíciles para ellos, Dios siempre les recordó que estaba con ellos. Cuando Abram cumplió 99 años, Dios le habló nuevamente para decirle que cambiaría su nombre a Abraham, que significa “padre de naciones”. Dios incluso cambió el nombre de su esposa Saraí a Sara y le dijo a Abraham que haría un pacto (una promesa especial) con él y con todos sus hijos. Dios le dijo que algunos reyes saldrían de su familia, que Él siempre sería su Dios y que les daría una tierra especial donde vivir. También le dijo que sus descendientes serían ¡tan numerosos como las estrellas del cielo! ¿Alguna vez has intentado contar la cantidad de estrellas en el firmamento? Podrás estar pensando que Abraham estaría muy feliz con un tipo de promesa así, y lo estaba, excepto por una cosa, Abraham y Sara ¡no tenían hijos!. Abraham probablemente se estaba preguntando…¿Cómo van a llegar a ser reyes algunos de los hijos de mis hijos si yo no tengo hijos? Pero como siempre, Dios tenía un plan; cuando Sara tenía 90 años dio a luz a un niño. Abraham y Sara llamaron a su hijo Isaac y así agradecieron a Dios porque cumplió con Su promesa. Abraham y Sara sabían que su hijo Isaac era un bebé especial, pero no tenían idea de que un día Dios continuaría Su plan de rescate para Su pueblo a través de otro bebé muy especial. Un bebé que vendría de los descendientes de Abraham y Sara, tal como Dios lo había prometido.
CONVERSEMOS
1 – ¿Qué hubieras hecho si Dios te hubiese pedido que te fueras lejos de tu casa para seguirlo?, ¿Hubiera sido fácil o difícil?
2 – Dios cumple Sus promesas. ¿Qué podemos hacer como familia para recordar algunas de las promesas de Dios que leemos en la Biblia y son para nosotros?
OREMOS
Querido Dios, te adoramos porque siempre estás obrando. Tú haces todo lo posible para demostrarnos todo el tiempo cuánto nos amas. Tú deseas conocernos y nosotros anhelamos conocerte. Enséñanos cada día quién eres. Te amamos. En el nombre de Jesús, Amén.
- Génesis 12:1-3 | (Leer)
- Génesis 17:1-8 | (Leer)
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