Hasta ahora has conocido a tres hombres muy importantes en la familia de Jesús. A ellos los llamamos “Los Patriarcas” porque fueron los primeros padres y abuelos que Dios eligió y a quienes les hizo promesas de que algún día recibirían a un bebé Rey que rescataría al mundo. Pero aún quedaba un largo camino por recorrer. Abraham tuvo a Isaac, quien tuvo a Jacob, luego Jacob creció y ¡tuvo 12 hijos!. ¿Te imaginas una familia con 12 hermanos? Estos hermanos no se llevaban muy bien. Jacob amaba a uno de sus hijos más que a los demás, le compró regalos especiales, como una túnica elegante, mientras que los otros hermanos no obtuvieron nada. El nombre de este hermano afortunado era José. Un día Jacob envió a José a ver cómo estaban sus hermanos, quienes cuidaban las ovejas de la familia. Ellos, al verlo venir, tuvieron una idea terrible, decidieron venderlo a un grupo de viajeros que pasaban junto a ellos de camino a Egipto. ¡Lo vendieron como un esclavo! Luego, ¡fueron donde estaba su padre y le mintieron diciendo que un animal salvaje lo había atacado hasta matarlo! (no olvidemos que ellos cuidaban las ovejas en el desierto en donde abundaban los peligros). José vivió como esclavo en Egipto durante muchos, muchos años. Estos años fueron muy difíciles pero Dios siempre estuvo con él y cuando algo malo le sucedía (imagínate que tu hermana o hermano te venden como esclavo), Dios siempre tuvo un buen plan para la vida de José. Él se convirtió en un hombre muy poderoso en Egipto, estaba al frente de casi todo el país y tenía la responsabilidad de que todas las personas tuvieran suficiente comida en su país. Un día, muchos años después de haber sido vendido a Egipto por sus hermanos, la familia de José sufrió de escasez y toda su tierra carecía de alimentos. Debido a esto, los hermanos de José tuvieron que viajar a Egipto para pedir comida ya que no tenían nada para alimentar a sus familias. Estos hermanos no tenían idea de que al hombre poderoso a quien le rogaban por un poco de comida era…¡su hermano!. Cuando se dieron cuenta tuvieron mucho miedo porque pensaron que José sería malvado, cruel y vengativo con ellos y no los amaría por lo que ellos le habían hecho. Pero José no era así. Al verlos, lloró de alegría y ayudó a su padre y hermanos a trasladarse junto con sus familias a Egipto y así tener más alimentos para comer. José sabía que aunque sus hermanos tuvieron un plan malvado para él, Dios cambiaría todo mal en cosas buenas porque confiaba en Él. Un día Dios utilizaría a esta familia para enviar su mejor regalo.
CONVERSEMOS
1 – ¿Cómo te sentirías si alguien que ha sido muy cruel contigo te pide un gran favor?
2 – ¿Cuándo has visto a Dios cambiar algo malo por algo bueno en la vida de nuestra familia?
OREMOS
Querido Dios, Tú eres el Dios que puede cambiar las cosas malas por cosas buenas. Ayúdanos a confiar en Ti en medio de nuestros problemas. Sabemos que Tú tienes un plan para nuestra familia. Queremos seguirte. En el nombre de Jesús, Amén.
- Génesis 37:23-28 | (Leer)
- Génesis 50:19-21 | (Leer)
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