1. Ester a través de la Oración y el Ayuno
La historia de la reina Ester en la Biblia es un poderoso ejemplo de cómo la oración y el ayuno pueden ser utilizados como herramientas para buscar la intervención divina y ejercer influencia en nuestra sociedad.
Ester reconoció que necesitaba la ayuda de Dios para enfrentar al rey Asuero. Por lo tanto, pidió a todos los judíos que ayunaran y oraran con ella. Este acto de humildad y dependencia de Dios resultó en una victoria milagrosa. Como dice en Filipenses 4:6, “Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”
Ester no ayunó ni oró sola; pidió a toda su comunidad que se uniera a ella. Este acto unió a los judíos en oración y ayuno, fortaleciendo su fe y su sentido de comunidad. La oración y el ayuno son herramientas espirituales poderosas que podemos utilizar para buscar la intervención divina en nuestras vidas. Al igual que Ester, podemos usar estas prácticas para enfrentar los desafíos, unir a nuestra comunidad y preparar el camino para que Dios obre de manera milagrosa. Apoyemos estos “40 días de Ayuno y Oración”, así veremos el favor de Dios sobre nuestra nación Argentina.
“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mateo 18:20).
2. Moisés ocupando su Llamado Divino
La historia de Moisés en el libro de Éxodo es un ejemplo inspirador de cómo responder a nuestro llamado divino puede permitirnos influir en nuestra sociedad de manera significativa.
Moisés fue llamado por Dios para liberar a los israelitas de la esclavitud en Egipto (Éxodo 3:10). Aunque al principio dudó, finalmente reconoció y aceptó su llamado divino. Como dice en Proverbios 3:5-6, “Confía en Jehová con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.”
Moisés también tuvo temores y dudas inicialmente, pero decidió seguir su llamado divino. Este acto de fe es un recordatorio para nosotros de que debemos confiar en Dios incluso cuando enfrentamos desafíos intimidantes. Al igual que Moisés, todos nosotros tenemos un llamado divino, pero necesitamos buscar la guía y la intervención divina mientras seguimos nuestro camino.
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te fortalezco; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10)
3. Josué venciendo con su fe sobre el miedo.
La historia de Josué es un testimonio tremendo de cómo la fe puede superar el miedo y también permitirnos influir en nuestra sociedad.
Dios le dice a Josué: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:9). Este versículo nos anima a vivir con fe y no con miedo. A pesar de los desafíos y las dificultades, Josué eligió creer en la promesa de Dios y avanzar con valentía.
Al elegir la fe sobre el miedo, Josué pudo liderar a los israelitas a la Tierra Prometida. Su fe no solo influyó en su propia vida, sino también en la vida de toda una nación. Podemos influir en nuestra sociedad cuando elegimos vivir con fe y no con miedo.
“Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días.” (Hebreos 11:30)
4. Daniel influenciando positivamente.
Daniel es un gran ejemplo de cómo la oración, el ayuno y la fidelidad a las convicciones pueden permitirnos contribuir positivamente en nuestra sociedad.
Daniel y sus amigos se negaron a comer la comida del rey y en su lugar optaron por una dieta de verduras y agua (Daniel 1:12-16). A pesar de estar en una sociedad pagana, ellos se mantuvieron fieles a sus creencias. Como dice en (Proverbios 3:5-6) “Confía en Jehová con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.”
Sabemos que Daniel era un hombre de oración (Daniel 6:10). Además, su elección de una dieta de verduras y agua es una forma de ayuno “natural”. Daniel se preparó para influenciar en su sociedad y sabía muy bien que debía estar preparado espiritualmente para ello, ya que a mayor desafío, mayor debe ser la preparación.
“Pero esta clase no sale sino con oración y ayuno.” (Mateo 17:21)
5. Santiago recordándonos una fe llevada a la acción.
Santiago nos desafía a demostrar nuestra fe a través de nuestras acciones, afirmando que la fe sin obras está muerta (Santiago 2:26).
Esto significa que nuestra fe no debe ser solo una creencia interna, sino que debe llevarnos a actuar de acuerdo con los principios y enseñanzas de nuestra fe.
Al vivir nuestra fe a través de nuestras acciones, podemos dejar la teoría y llevar a la práctica la vivencia del evangelio.
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mateo 5:16)
Algunas recomendaciones si eres el primer lector
- Te invito a experimentar un diálogo con Dios, hablale como un hijo(a), no desistas tu oración e incluye “que sea tu voluntad” dentro de tus palabras. Él estará feliz de escucharte.
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