“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”. 1 Timoteo 6.17
Si los ricos, siendo ricos, no deben poner su esperanza en las riquezas, cuanto más los que no tenemos riquezas debemos obedecer esta palabra.
No caigas en la trampa del orgullo que muchas veces producen las riquezas, no pongas tu confianza y tu corazón en ellas, porque tu vida será una incertidumbre.
Confía en el Dios vivo que te da todas las cosas y no en las cosas:
- Confía en Dios que te da trabajo y no en tu trabajo.
- Confía en Dios que te da dinero y no en tu dinero.
- Confía en Dios que te da salud y no en tu salud.
- Confía en Dios que te da fortaleza y no en tu fortaleza.
- Confía en Dios que te da oportunidades y no en tus oportunidades.
Aprende a desarrollar una mentalidad de abundancia alejando de tu vida todo pensamiento de escases y miseria.
Aprende también a disfrutar de las cosas que el Señor te da dejando de pensar que en cualquier momento las podes perder y sintiendo culpa por lo que Él te ha dado.
Una de las mejores formas de valorar todo lo que Dios nos da es dándole a estas cosas el lugar correcto y, además, sabiendo disfrutar de ellas.
Comprométete con Dios a confiar siempre en Él y no en las cosas que Él te da. Mantenete humilde reconociendo que todo proviene de su mano.
Yo bendigo tu vida para que tu esperanza siempre esté puesta en el Señor y no en las cosas que Él te da, para que también puedas disfrutar de ellas sin culpa y siendo de bendición a los que te rodean.
Tomado de “Principios para el Éxito” – Pr. Daniel González
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