“Me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto. Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles.” Eclesiastés 2.5-6
No alcanza con plantar árboles de todo tipo, también deben prepararse estanques para regarlos.
Uno de los errores más frecuentes de los emprendedores es que no son buenos consolidando lo que han emprendido.
Es decir, viven creando y desarrollando cosas nuevas, pero no logran darles solvencia y solidez para que se mantengan en el tiempo.
Cuando uno emprende algo, desde el nacimiento ya debe estar pensando cómo se sostendrá y desarrollará en el futuro.
Los que verdaderamente se destacan son buenos emprendiendo y consolidando, ya que los que emprenden pero no consolidan no logran progresar verdaderamente.
Sin embargo hay personas poco creativas pero muy buenas consolidando y estas han progresado desarrollando el proyecto de otros en el tiempo.
En realidad hay más posibilidades de que progrese alguien que es bueno consolidando y no emprendiendo, que un emprendedor que no es bueno consolidando.
Si sos bueno emprendiendo y malo consolidando tenés 2 alternativas:
- Desarrollar también una forma de pensar analítica
- Buscar a alguien que se ocupe de consolidar lo emprendido por vos.
Sea como sea necesitamos consolidar lo que emprendemos, para no malgastar el tiempo, el esfuerzo, las ideas, y poder progresar verdaderamente.
Poné en práctica este principio que hizo de Salomón sabio en todo lo que hacía y no te olvides que plantar sin regar frustra aún las mejores ideas y los mejores proyectos.
Yo bendigo tu vida para que puedas dedicar el mismo interés a emprender como a consolidar para que de esta forma tengas éxito en lo que hagas y este sea duradero en el tiempo.
Tomado de “Principios para el Éxito” – Pr. Daniel González
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