“A los menesterosos era padre, y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia.” Job 29:16
De todas las virtudes que poseía Job, la de informarse con diligencia de lo que no entendía era una.
Esta es una virtud dejada de lado por muchas personas, padeciendo después consecuencias negativas.
Cuanto menos entendemos un asunto, más diligencia deberíamos poner para informarnos sobre él.
Por lo general se tiende a evadir el informarse de las cosas que no se entienden, se comete el error de delegar lo que no entendemos en otros, quedando así expuestos.
Si bien hay profesionales para manejar temas específicos (abogados, contadores, médicos, ingenieros, etc.) eso no quita que no debamos informarnos con diligencia sobre estos temas.
4 pasos prácticos:
- Disponete a esforzarte por entender y comprender las cosas que necesitás entender y no entendés.
- Buscá quien te brinde información correcta sobre el tema que no entendés.
- Utilizá momentos del día de alto nivel de concentración para informarte, no cuando estás cansado.
- No temas preguntar, temé no haber preguntado.
La falta de entendimiento hace que tomemos decisiones incorrectas y andemos a tientas por la vida.
Frente a lo que no entendés, nunca tomes compromisos o prestes tu consentimiento firmando papeles o comprometiéndote.
Para invertir, también aplicá este principio, ya que lo que más reduce el riesgo de cualquier inversión es la información y el entendimiento acerca de la inversión que vas a realizar.
Palabra específica para el matrimonio donde el hombre maneja todo: esposa, informate con diligencia de donde está la escritura de la casa, el seguro de vida y qué deudas e inversiones tiene la familia.
Yo bendigo tu vida para que puedas informarte con diligencia de las cosas que no entendés y necesitás comprender para poder tomar decisiones y vivir con sabiduría en todas las áreas de tu vida.
Tomado de “Principios para el Éxito” – Pr. Daniel González
Comentarios