“Pero hágase todo decentemente y con orden”. 1 Corintios 14.40
Con ser decentes no alcanza, también debemos ser ordenados, porque el orden ayuda a demostrar nuestra decencia, y además evita problemas, mejora la calidad de vida y optimiza el tiempo.
El orden nos permite demostrar nuestra decencia:
- La casa escriturada de forma correcta.
- Los papeles del auto que estén al día.
- Los impuestos bien archivados.
El orden evita problemas:
- Subdivisión de propiedades familiares.
- Sucesión de familiares fallecidos.
- Acuerdos puestos por escrito y legalizados.
El orden mejora la calidad de vida:
- Placares bien ordenados.
- Llaves en un lugar determinado.
- Espacios bien aprovechados.
El orden optimiza el tiempo:
- Papeles laborales encarpetados.
- Herramientas organizadas.
- Datos clasificados.
No debemos obedecer la palabra de Dios en forma parcial, debemos obedecerla en forma total siendo decentes y también ordenados.
Quizás venís de una familia decente pero muy desordenada, tu desafío será obedecer este principio en forma completa para que nada limite la bendición del Señor sobre tu vida y la de tu familia.
Yo bendigo tu vida para que puedas hacer todo de forma decente y ordenada. De esta manera podrás ser obediente a Dios en todo y recibir todas sus bendiciones.
Tomado de “Principios para el Éxito” – Pr. Daniel González
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Cuanta verdad Pr José