“Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. (...) Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo.(...) Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo”. Éxodo 18.17-24
Quiero compartirte cinco pasos para poder delegar de forma efectiva:
1 – Cambiar de paradigma: No está bien lo que haces
Ocuparse de todo está mal, lejos de ser un mérito, es una debilidad.
Algunas personas necesitan estar en todo para poder sentirse importantes e imprescindibles limitando, así, su potencial y, también, el potencial de los que las rodean.
2 – Reconocer nuestras limitaciones: Desfallecerás del todo
Entender que terminaremos desfalleciendo porque nuestras fuerzas no son ilimitadas y no podremos hacerlo nosotros solos.
Entender también que, si desfallecemos, desfallecerá junto con nosotros nuestra familia, negocio, profesión y ministerio.
3 – Identificar qué delegar: Todo asunto pequeño
Para esto necesitamos evaluar y reconocer el valor que tiene todo lo que hacemos, ocupándonos de lo importante y delegando lo pequeño.
Al delegar debemos hacerlo sin estorbar, por eso la palabra enseña “en todo tiempo” y no de vez en cuando.
4 – Identificar a quién delegar: Varones de virtud, temerosos de Dios
Personas que tengan integridad espiritual y también idoneidad técnica.
Delegar de acuerdo a la capacidad de cada uno, haciéndoles el ofrecimiento adecuado en cuanto a lo jerárquico y también a lo económico.
5 – Entender y obedecer: E hizo todo lo que dijo
Necesitamos obedecer estos principios de forma completa, no parcial, poniéndolos en práctica cuanto antes.
Recordá que solo así aliviarás la carga sobre vos, permitiendo que otros la compartan.
Yo bendigo tu vida para que, en este año que comienza, puedas quedarte con aquellas cosas que es imprescindible que hagas vos y delegues el resto cuanto antes.
Tomado de “Principios para el Éxito” – Pr. Daniel González
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