“Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará. Si fuéremos infieles, él permanece fiel; él no puede negarse a sí mismo” ( 2 Timoteo 2:11-13). Hagamos lo que hagamos Dios permanecerá fiel, la fidelidad es la esencia misma de nuestro Dios. Él es fiel y siempre lo será. De la misma forma espera que nosotros podamos proceder para con Él. A lo largo de la vida pasamos por situaciones en las que experimentamos la infidelidad de alguien, traiciones que probablemente nunca olvidemos. Un familiar, un ser querido, un amigo, un discípulo, un compañero de trabajo o un socio nos falló y nos sentimos tan doloridos. Qué difícil se torna dejar atrás el dolor, el desencanto y volver a confiar. Me pregunto: ¿Q ué sentirá Dios cuando, sin merecerlo y después de habernos dado tanto, somos infieles a Su amor, a Su Palabra, a Sus promesas? Seguramente Su corazón le duele profundamente; pero, aun así, vuelve a confiar y a darnos una nueva oportunidad. Esto es lo que llamamos amor, amor que sobrepasa todo entendimiento, que perdona, que restaura, que nos da una nueva chance. Las personas son cambiantes y, a menudo, nos fallan, pero Dios no cambia, es el mismo ayer, hoy y por los siglos de los siglos. ¿Estaremos siendo fieles o infieles a Dios? ¿Te estarás alejando de Su amor? Volvamos a Él con un corazón sincero, y Su fidelidad volverá a manifestarse sobre nuestras vidas.
- Ezequiel 5:1-17 | (Leer)
- Ezequiel 6:1-14 | (Leer)
- 2 Timoteo 2:26 | (Leer)
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