"Al ver la estrella, se llenaron de alegría. Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron"Mateo 2:10-11a NVI.
Gozo: la certeza llena de alabanza de que Dios tiene el control y resuelve todo para nuestro bien y Su gloria.
Puede ser difícil sentirse alegre en el período previo a la Navidad. Las fiestas pueden ser estresantes, agitadas, solitarias o dolorosas.
Pero el gozo que representa la llegada de Jesús no es condicional ni pasajero. Es duradero e inquebrantable. Es un gozo que traspasa los muros del mundo.
El nacimiento de Jesús no fue la llegada real que todos esperaban. Y aún así, lo cambió todo. En un instante, el Hijo de Dios se convirtió en “Dios con nosotros”—y más de 2.000 años después, nuestro mundo cansado todavía se regocija.
Hoy, te invitamos a deleitarte con la maravilla del nacimiento de Jesús.
Una oración de gozo:
Jesús, gracias por convertirte en Emanuel, Dios con nosotros. Es por Tu causa que puedo experimentar el verdadero gozo.
Eres digno de toda gloria, honor y poder, y por eso, no importa lo que enfrente, elegiré adorarte.
Ayúdame a considerarlo gozo cuando experimento pruebas porque sé que estás creando algo hermoso y eterno.
Dios, recuérdame refugiarme en Ti y regocijarme. Tu consuelo me da renovada esperanza y alegría. ¡En Tu presencia hay plenitud de gozo!
Y gracias a Tu humilde llegada hace más de 2.000 años, puedo experimentar el gozo de Tu presencia para siempre. Gracias.
En el nombre de Jesús,
Amén.
Lectura Bíblica
Pero el ángel les dijo: «No teman, que les traigo una buena noticia, que será para todo el pueblo motivo de mucha alegría. Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor. San Lucas 2:10-11 RVC
Al ver la estrella, se regocijaron mucho. Cuando entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y, postrándose ante él, lo adoraron. Luego, abrieron sus tesoros y le ofrecieron oro, incienso y mirra. San Mateo 2:10-11 RVC
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito. Romanos 8:28 RVC
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