Día 4: Hablemos cara a cara

Todo aquel que quiera ser amigo de Dios tiene que buscar y estudiar en la biblia la vida de aquellos que fueron considerados amigos de Dios. Uno de los amigos de Dios en la biblia fue Moisés. La biblia dice que nunca más se ha levantado en Israel un profeta como él, que haya conocido Jehová cara a cara (Deuteronomio 34:10).

Éxodo 33:11 (NVI) dice: “Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo. Después de eso, Moisés regresaba al campamento; pero Josué, su joven asistente, nunca se apartaba de la Tienda de reunión.”

Es posible hablar con Dios sin ser su amigo, pero es imposible ser amigo de Dios y no hablar con Él directamente, sin intermediarios y sin acertijos. Hoy en día Dios sigue hablando a través de sus profetas, a través de Su palabra y a través de muchas maneras, pero no hay nada que transforme mas la vida de una persona que Dios hable directamente con él. Adán no tenía biblia, pero sí hablaba directamente con Dios y la relación que ambos tenían era perfecta. El Edén nos recuerda cual fue el diseño de Dios desde el principio, fuimos diseñados para tener comunión con Dios y para hablar directamente con Él. Tener una relación de amistad con Dios donde tengas comunión y hables con Él directamente no es imposible, al contrario, fuimos diseñados con ese fin. 

De Moisés aprendemos que los amigos de Dios tienen comunión con Él y su comunicación es sin intermediarios. La oración es esa herramienta que nos permite desarrollar comunión con el Padre y hablar con Él. Cuando Dios le dio a Moisés las tablas de la ley (Éxodo 34:27-28), estuvo con Jehová cuarenta días y cuarenta noches. No pienso que escribir los diez mandamientos tardase cuarenta días, lo que sí pienso es que el propósito principal de ese encuentro fue pasar tiempo juntos en comunión, los diez mandamientos solo fue uno de los resultados de ese encuentro. 

Si fuimos diseñados para tener comunicación directa con nuestro Papá, ¿Por qué entonces no logramos desarrollar una relación de amistad con Él o nos cuesta escuchar Su voz? La respuesta a esta pregunta esta en la historia del pueblo de Israel, en Éxodo 19 y 20. Dios había hablado que quería reunirse con el pueblo y hablar directamente con ellos como lo hacía con Moisés, así lo hizo, pero la respuesta del pueblo fue la siguiente (Éxodo 20:19):

• “Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.”

Una de las razones principales por las que no logramos desarrollar una relación de amistad con nuestro Papá es porque pensamos que es más fácil depender de otro para que Dios nos hable, si queremos ser amigos de Dios debemos pagar el precio como hizo Moisés y presentarnos delante de Él para tener comunión cara a cara. Esto requiere un nivel de compromiso diario que no todos están dispuestos a pagar.

Reflexión 

Tener una relación de amistad con Dios requiere un nivel de compromiso diferente y el precio en oración y comunión con Él es distinto. Hoy es un buen día para que planifiques mejor y seas más consistente en tu tiempo de oración.

• ¿Cómo esta tu vida de oración?
• ¿Cuán consistente es tu comunión con el Padre?

Oración 

Gracias Abba por que fui diseñado para tener comunión y comunicación directa contigo. Me comprometo a ser mas consistente en mi relación contigo. Ser tu amigo es un privilegio que valoro con todo mi corazón.

Lectura Bíblica

Y el Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla cualquiera con su compañero. Después Moisés volvía al campamento, pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba del tabernáculo. Éxodo 33:11 RVC

Pero le dijeron a Moisés: «Si tú hablas con nosotros, te escucharemos; pero que no hable Dios con nosotros, porque tal vez moriremos.» Éxodo 20:19 RVC