“También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo”. Marcos 2.27
El día de reposo fue hecho para el hombre y el hombre necesita del día de reposo.
No es una carga sino una bendición dada por Dios para ser disfrutada por el hombre.
Debemos respetarlo en obediencia al Señor y para bendición nuestra, ya que su finalidad es que tengamos comunión con Él y descanso de nuestras labores.
Comunión con Dios: asistiendo todos los domingos a la iglesia. Descanso: interrumpiendo el ritmo habitual.
El hombre necesita del día de reposo y no Dios que el hombre repose. Al guardarlo no le estamos haciendo un favor al Señor, nos estamos haciendo un favor a nosotros mismos.
Si te sentís cansado en este tiempo, quizás debas prestar atención a este mandato y empezar a obedecerlo de inmediato.
No te olvides que el cansancio magnifica los problemas y disminuye nuestras defensas, mientras que el descanso da pensamiento claro y fortalece.
El día de reposo dedicate a congregarte y a reposar de tus actividades, no prendiendo la computadora, no planchando o haciendo cualquier otra tarea.
Trabajando el día de reposo no se adelanta sino que se retrocede, pues en vez de recuperarse uno termina cansándose en demasía.
El día de reposo fue hecho a causa del hombre, y el hombre debe aprender a utilizarlo con el fin para el que Dios lo creó.
Disciplinate en obedecerlo y aprendé a disfrutar de él. Contemplá tus tareas dentro de seis días, y el séptimo utilizalo como el Señor enseña.
Yo bendigo tu vida par que en este tiempo puedas actuar como Dios quiere que lo hagas y, de esta forma, ser bendecido con más productividad.
Tomado de “Principios para el Éxito” – Pr. Daniel González
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