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ENSEÑAR: 4 Claves para enseñar la Biblia de manera simple y práctica

Hace parte de nuestra tarea enseñar como leer e interpretar la Biblia. Pero, no enseñamos para impresionar con las palabras, conceptos ni referencias que conocemos. Enseñamos para que todos puedan tener acceso al libro que fue inspirado por Dios, de modo que la humanidad pueda llegar a conocer al Autor.

Hace unos años atrás acepté el desafío de ser parte de una Escuela Ministerial y en ese momento era la única persona en el staff con estudios bíblicos, por lo que comencé a dar clases de Biblia una vez por mes para luego hacerlo una vez a la semana. No pensé que ese inicio me llevaría a tener pasión por enseñar, y no solo eso, sino también el deseo de que la persona que escuche pueda disfrutar la enseñanza y que esta pueda ser simple para aplicarla a su vida cotidiana.

Personalmente considero que el objetivo de dar una enseñanza bíblica es conectar y relacionar la Biblia, que fue escrita miles de años atrás por diferentes hombres en diferentes culturas y distintos idiomas, con nuestra actualidad, con el fin de que cada persona pueda vivir como Jesús vivió.

Por eso hoy quiero darte 4 claves para que puedas simplificar y añadirle practicidad a los momentos de enseñanza bíblica:

1. UTILIZA UN LENGUAJE SIMPLE Y ACTUAL

La claridad al momento de compartir un mensaje es fundamental para que se entienda lo que quieres comunicar, y eso nos conecta directamente con nuestra manera de hablar y expresarnos.

El lenguaje demasiado formal puede llegar a ser confuso y al mismo tiempo desanimar a los oyentes porque pensarán que no son lo “suficientemente buenos en la Biblia” como para entender lo que se quiere decir.

Tenemos que transicionar nuestro lenguaje de RVR60 a NVI/NTV, no porque la manera en la que se enseñaba antes fuera mala, simplemente porque hoy no es eficiente al momento de comunicar el mensaje a las nuevas generaciones.

ph: Imagen de wirestock en Freepik

2. NO ESCONDAS TU PASIÓN

Quiero explicar un poco el título de esta clave. Notaba que al momento de comenzar una clase de Biblia el ambiente cambiaba y todo se ponía demasiado serio y un poco tenso. Me pasó dos veces, y a la tercera comencé la clase leyendo chistes (cortos y malos), y noté que el ambiente en la sala cambió. Para la próxima clase los estudiantes esperaban que inicie nuevamente con chistes. Que eso pase me dio confianza y ganas de enseñar, y comencé a darme cuenta de que cada clase lo hacía con más pasión (no solo al momento de comunicar, sino también al preparar la enseñanza).

Es diferente en cada cultura y congregación, pero suele haber sentimientos encontrados en la audiencia al momento de decir que habrá una clase de Biblia. Y es que el comunicador, por lo general, suele hablar en el mismo tono de voz durante una hora, se la pasa sentado, y en la mesa puedes ver un cuadernillo impreso, sus notas y una Biblia bien grande. ¿Qué pasaría si a nuestras enseñanzas les añadimos pasión?

Las presentes generaciones aman ver y escuchar gente apasionada sobre algo. Si amas enseñar, estudiar y escudriñar las Escrituras, no te escondas. Necesitamos maestros y maestras de todas las edades enseñando la Verdad con pasión.

3. CREA ESPACIOS DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS

En la segunda mitad de una clase que compartí, preparé papeles, lapiceras y una urna. Se las repartí a los estudiantes con la consigna que tenían que poner una duda, pregunta o algo que les gustaría saber con respecto a la Biblia. No tuve que esperar mucho para que piensen en preguntas y la urna se llene. Me di cuenta de que no siempre generamos espacios de debates, de preguntas y respuestas, y de exploración en cuanto a la Biblia. Sinceramente había preguntas que hicieron de las que no sabía la respuesta, y simplemente leí esas preguntas y les dije: “No lo sé, pero lo voy a investigar para darles una respuesta”. Al crear este tipo de espacio no tenemos que tener miedo de lo que puedan preguntar. Es más, nos deja ver en dónde están parados con respecto a sus interrogantes.

NO ENSEÑAMOS PARA IMPRESIONAR CON LAS PALABRAS, CONCEPTOS NI
REFERENCIAS QUE
CONOCEMOS. ENSEÑAMOS
PARA QUE TODOS PUEDAN TENER ACCESO AL LIBRO QUE FUE INSPIRADO POR DIOS, DE MODO QUE LA HUMANIDAD
PUEDA LLEGAR A CONOCER AL AUTOR.

4. NO SOLO VALORES BÍBLICOS, TAMBIÉN ACCIONES BÍBLICAS

En lugar de simplemente hablar sobre la importancia de la honestidad, la humildad o la bondad, podemos ayudar a las nuevas generaciones a poner en práctica estos valores en sus vidas diarias. Para esto no solo te enfoques en lo que dijo Jesús, lee entre líneas para enfocarte en cómo actuó Jesús.

Leer de manera superficial la Palabra de Dios y ponerla en práctica nos llevará a ser personas obedientes y moralmente correctas (que está bien), pero profundizar entre líneas las acciones de Jesús y las razones de porqué hizo lo que hizo, nos posiciona en el lugar de seguidores activos y de quienes establecen la cultura de Reino.

Como pastores y líderes de las presentes generaciones, tenemos el privilegio de poder decodificar, presentar y enseñar la Biblia a tantos jóvenes, adolescentes y niños que piensan que no son lo “suficientemente buenos” para entenderla. Pero la buena noticia es que no necesitamos ser unos eruditos para “entender” la Palabra, sino llegar a ser como niños para vivirlo que sus hojas contienen.

No solo te enfoques en lo que dijo Jesús,
lee entre líneas para enfocarte en cómo actuó Jesús.

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Tomado con licencia de la revista LIDER 625, edición 30, “Enseñar la Biblia en el siglo XXI” Pag. 50-51.

Créditos ph: Imagen de freepik

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