“Y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor”. Eclesiastés 3.13
El gozar del trabajo es un don de Dios y el gozar del producto de nuestro trabajo también lo es.
La mayoría de las personas frente a este tema tienen una mentalidad de acreedores permanentes, como si alguien siempre les estuviera debiendo algo.
Es decir, como trabajé tengo derecho a irme de vacaciones, cuando en realidad el gozar de las vacaciones es un don de Dios y no un derecho.
También hay otros que aun yendo de vacaciones no siempre gozan y disfrutan de ellas, esto no es una condición sine qua non, sino que también es un don de Dios.
Por eso hay gente que teniendo fruto en su trabajo no puede disfrutar de él. Como también hay otros que incluso estando de vacaciones no pueden disfrutar de ellas.
Debemos abrirnos a una mentalidad de hijos de Dios y de favorecidos por Él y no de acreedores permanentes.
Para esto necesitamos pedirle al Señor que nos conceda el don de disfrutar de nuestro trabajo, y también de poder disfrutar de aquellas cosas a las que accedemos gracias al trabajo que desempeñamos.
Nunca te olvides que el gozar de la vida y de las cosas de ella es un don de Dios, es decir, se reciben por gracia y no como un derecho adquirido.
Yo bendigo tu vida para que recibas el don de Dios de disfrutar de tu trabajo y de los frutos que este produzca.
Tomado de “Principios para el Éxito” – Pr. Daniel González
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