“Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo eso su deseo no se sacia”. Eclesiastés 6.7
A pesar de que este principio aparece en libros de administración que se publican en la actualidad, el mismo fue desarrollado por el rey Salomón hace ya casi 3000 años.
Una de las claves fundamentales para el crecimiento económico es:
Que tus ingresos superen tus gastos y que tus gastos sean iguales o menores que tus deseos.
La mayoría de las personas no tienen problema con sus ingresos, el problema lo tienen con sus deseos.
No solo que todo lo que producen lo consumen, sino que además de esto, su deseo no se sacia nunca, por eso nunca pueden ahorrar y mucho menos disponer de recursos para invertir.
Trabajan solamente para consumir y, como su deseo no se sacia, cada vez consumen más y deben seguir trabajando más y más para pagar lo que consumen.
Esta es la famosa carrera de la rata que hace que económicamente una persona nunca pueda progresar de forma verdadera y sostenida en el tiempo.
Es verdad que la inflación empobrece pero el deseo insaciable empobrece muchísimo más y en todo tiempo.
Por eso, aun en épocas de poca inflación, hay personas que igual no crecieron económicamente, debido a su deseo insaciable.
La inflación es un factor externo, vos no la podés controlar.
El deseo es un factor interno y depende de vos que no se vuelva insaciable.
Recordá siempre que para crecer económicamente es fundamental que no consumas todo lo que produzcas, y para esto es indispensable que puedas gobernar sobre tu deseo, no permitiendo que este se vuelva insaciable.
Yo bendigo tu vida para que puedas gobernar sobre tu deseo y para que este nunca se vuelva insaciable. No solo para crecer económicamente sino también para poder desarrollar una vida plena en todo.
Tomado de “Principios para el Éxito” – Pr. Daniel González
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