1. Una actitud de solidaridad con los demás
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mateo 5.16
La solidaridad es la capacidad de sentir y actuar como parte de un todo, de ponerse en el lugar del otro y de ayudar sin esperar nada a cambio. En la Comunidad, podemos vivir la solidaridad cuando nos involucramos en las necesidades y los problemas de los demás, cuando ofrecemos nuestro tiempo, nuestros recursos o nuestro conocimiento para mejorar la situación de alguien o de un grupo. La solidaridad nos hace más humanos, sencillos y humildes.
La Biblia nos enseña que debemos ser solidarios con nuestros hermanos, especialmente con los más necesitados. Jesús dijo: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mateo 25:40). También nos dice: “El que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿Cómo mora el amor de Dios en él?” (1 Juan 3:17).
La solidaridad es una forma de reflejar el amor de Dios y de darle gloria. Podemos compartir en comunidad y alcanzar a otros siendo más solidarios como:
- Apoyar a las personas que están pasando por alguna necesidad.
- Compartir nuestros recursos y talentos con otros. También podríamos acompañarlos en el proceso.
- Participar activamente en nuestra comunidad y en nuestra iglesia, ofreciendo nuestro tiempo, nuestra oración y nuestro servicio.
2. Invierte en personas que aún no conocen a Jesús
"El fruto del justo es árbol de vida, y el que gana almas es sabio." Proverbios 11:30
La mejor inversión que podemos hacer es la de compartir el evangelio con los que no lo conocen, y así ganar almas para el reino de Dios. No hay nada más valioso que una persona que pasa de la muerte a la vida, y que recibe el perdón y la salvación por medio de Jesucristo. Por eso, debemos aprovechar cada oportunidad que tengamos para hablar de nuestra fe, dar testimonio de lo que Dios ha hecho en nosotros, y mostrar el amor de Dios a los demás. No se trata de forzar o manipular a nadie, sino de sembrar la semilla de la Palabra de Dios y dejar que el Espíritu Santo obre en los corazones.
Hay muchas formas de invertir en los demás, podríamos empezar por:
- Abrir mi entorno, casa, oficina y otros espacios para discipular a otros. 2 Tim. 2.2
- Orar por la comunidad donde nos encontremos y buscar el bien para ellas. Jeremías 29.7
- Invitar a amigos y conocidos donde puedan escuchar la verdad espiritual. Se trata de acercarte e involucrarte en la vida de las personas para que sepan que la invitación está motivada por una preocupación genuina por ellas y que no son sólo un proyecto o una tarea que cumplir.
3. Desarrollar un enfoque en servir y no en ser servido
"Más bien sírvanse unos a otros con amor." Gálatas 5:13
El primer y más importante servicio que podemos hacer es el de servir al Señor con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza. Esto significa que le amamos, le obedecemos, le adoramos y le honramos con nuestra vida. El segundo servicio que podemos hacer es el de servir a los demás con amor.
Esto significa que nos preocupamos por las necesidades, los intereses y el bienestar de los demás, y que buscamos ayudarlos, apoyarlos y bendecirlos. No servimos a los demás por conveniencia, por apariencia o por orgullo, sino por humildad y por compasión. Servimos a los demás con generosidad, con bondad, con paciencia y con respeto. Servimos a los demás sin esperar nada a cambio, sino como una forma de expresar el amor de Dios.
El tercer servicio que podemos hacer es el de servir a los que no conocen a Jesús. Esto significa que somos testigos de su gracia, de su verdad y de su salvación, y que buscamos compartirles el evangelio y hacerles discípulos. No servimos a los que no conocen a Jesús por superioridad, por crítica o por imposición, sino por obediencia y por misericordia. Servimos a los que no conocen a Jesús con valentía, con sabiduría, con oración y con respeto. Servimos a los que no conocen a Jesús sin avergonzarnos del evangelio, sino como una forma de seguir a Jesús y honrar al Padre.
Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará. Juan 12:26
Podemos demostrar y vivir una vida en servicio, algunas cosas que podríamos practicar sería:
- Pensar en nuestros amigos o conocidos, ¿Cuáles son sus necesidades? ¿Cómo podría yo ayudar o aportar para ellos? ¿de qué manera puedo yo invertir en sus vidas para simpatizar y ser de testimonio para hablar de Jesús? vivamos de manera adecuada para cuando sea el momento, lo podamos invitar a la iglesia.
Algunas recomendaciones si eres el primer lector
- Te invito a experimentar un diálogo con Dios, hablale como un hijo(a), no desistas tu oración e incluye “que sea tu voluntad” dentro de tus palabras. Él estará feliz de escucharte.
- Empieza a leer ¡la Bíblia! Es una oportunidad para conocer y escuchar la voz de Dios. Puedes empezar por los evangelios que están en el Nuevo Testamento (Mateo, Marcos, Lucas y Juan)
- Busca un lugar donde aprender más de Dios, busca una iglesia donde asistir. Si no tienes un lugar, te invitamos a Chubut 605, B/Providencia, Córdoba-Arg. O bien, si lees desde otra ciudad o país te invitamos a ver en vivo nuestras reuniones. ¡Tenemos muchos recursos para ti, ingresa a nuestra Comunidad!
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