¿CUÁLES SON ALGUNAS SEÑALES TEMPRANAS O ALERTAS PARA DETECTAR LA DEPRESIÓN?
Hay que tomar como referencia la vida sana: sobre ese parámetro vamos a contrastar y medir las señales. La salud mental está ligada al bienestar físico, espiritual y emocional. Cuando hay bienestar podemos saber que hay salud, o ahí es cuando podemos ver si hay síntomas como ansiedad, estrés o tristeza manejados en un nivel mayor al normal. Estos son parte de la vida, pero si manejamos un estilo de vida con demasiados de estos factores, son señales de alerta pues se establecen como patologías enfermizas.
¿CÓMO DIFERENCIAR ENTRE UNA TRISTEZA PROFUNDA Y LA DEPRESIÓN?
La depresión es un trastorno mental que tiene síntomas y signos. En un principio puede ser difícil diferenciar la enfermedad de los síntomas, pues las manifestaciones son diferentes en cada caso; por eso, es importante que la evaluación tenga en cuenta una observación profunda y se analicen, por ejemplo, qué cambios drásticos que ha tenido la persona.
¿POR QUÉ LA DEPRESIÓN SE HA VUELTO TAN COMÚN ENTRE LOS CRISTIANOS?
No solo entre los cristianos, la depresión está a todo nivel. Entre cristianos cuesta aceptar la enfermedad por René Abrego es psicólogo clínico con una maestría en prevención y tratamiento integral de conductas adictivas. Ha sido anciano de su congregación, y junto a su esposa dirigen un centro de consejería. miedo, mito, pecado y por estigma. El problema es que hablar de estas enfermedades psicológicas dentro de los cristianos cuesta mucho porque es difícil entender que, así como el cuerpo se enferma, el espíritu y la mente también se enferman. Dios puede sanarnos pero también es quien nos lleva al punto de alerta para ser responsables por nuestra salud integral. A veces se lo dejamos todo a Dios, sin reconocer que yo estoy enfermo.
¿QUÉ PODEMOS DECIR A QUIENES CONSIDERAN QUE LA DEPRESIÓN ES UN ATAQUE DE SATANÁS?
Es importante dar información a las personas. El enemigo sí existe, pero debemos reconocer que, como hijos de Dios, Él nos tiene protegidos y tomados de su mano; a veces le damos más importancia a Satanás y olvidamos las promesas de Dios. Puede haber un desbalance espiritual que esté afectando a la persona. La enfermedad depresiva tiene diferentes causas: pueden ser genéticas, biológicas, ambientales psicológicas y espirituales, entonces hay que ver las causas de manera integral, no solo echarle la culpa al enemigo o creer que es un castigo de Dios. Puede que la depresión provenga por un pecado, y Dios podrá empezar a actuar a través del Espíritu Santo en una persona que reconoce su pecado.
SI YO CONFÍO EN DIOS Y AMO A DIOS, ¿POR QUÉ NO LOGRO SALIR DE LA DEPRESIÓN?
Miremos el ejemplo de Job: a él le tocó vivirlo que Dios le envió en su plan soberano, y cuando vino la crisis a Job, él no perdió la dimensión de quién era Dios en su vida. También pensemos en Pablo y el aguijón en la carne, que nunca se le quitó y lo tenía desesperado, pero aun así se basta de la gracia de Dios.
¿CÓMO PUEDE CUALQUIER CRISTIANO AYUDAR A ALGUIEN DEPRIMIDO?
Durante el período de desierto de alguien deprimido, como hermanos en Cristo nuestra tarea es acompañar en medio del dolor. A menudo a nosotros no nos gusta ver a otros sufriendo y queremos una solución sencilla y rápida, pero es importante acompañar todo el tiempo que sea necesario; quizás necesite que le escuche por décima vez, o solo consolando, solo estar ahí para ellos. Dios mismo escuchó a Job y le permitió desahogar todo lo que quiso decir, y luego abrió un diálogo en el que le saca del círculo de «pobrecito yo».
¿UNA PERSONA DEPRIMIDA PUEDE O DEBE SEGUIR EN EL MINISTERIO?
La depresión debe ser atendida, y a la persona hay que ayudarla. Puede ir en ambas líneas: tanto que la persona reconozca que necesita enfocarse en recuperar su salud mental, o bien que sus líderes le apoyen dándole un tiempo de descanso. Si yo estoy deprimido tal vez no me dé cuenta pero mis líderes puede que vean que estoy afectando mi ministerio, mi familia y mi salud física, y entonces las acciones deben ir enfocadas en un apoyo a la persona y a su restauración, no como castigo o disciplina por estar haciendo «mal ministerio».
¿QUIÉNES PUEDEN RECONOCER QUE UNA PERSONA NECESITA AYUDA?
Hermanos que sean sensibles, que tengan misericordia y compasión por otros, que no solo les ven con carácter de trabajador, de modo administrativo, sino que actúen en amor. Así, pueden decidir quitarle carga ministerial a alguien para ayudarle a sanar.
¿CÓMO INTERVIENEN LAS DISCIPLINAS ESPIRITUALES COMO LA ORACIÓN Y LA MEDITACIÓN BÍBLICA?
En lo personal, creo que un hijo de Dios puede llegar a caer en un cuadro depresivo, pero la lección que me da Job es siempre poner los ojos en el Señor. Job nunca dejó de clamar a Dios (oración); una persona que está en esta situación necesita fuerzas, palabras de ánimo para cada acción del día, así que en este acompañamiento es importante aferrarse de las promesas del Señor, encaminadas a ver su soberanía y el aprendizaje que Dios quiere que se tenga en este momento. Una persona restaurada no será la misma que antes del proceso, pero no se trata solo de «pedirle al Señor que me sane», sino llegar al conocimiento pleno de las promesas de Dios, e incluso gratitud por lo que se está atravesando.
¿CUÁNDO ES NECESARIO BUSCAR MÁS ALLÁ DE LA AYUDA DE UN PASTOR O CONSEJERO?
Es una pregunta de gran responsabilidad en el cuerpo de Cristo, porque a veces «manoseamos» estos problemas de nuestros hermanos. Debemos reconocer los dones que Dios nos ha dado para edificar al cuerpo de Cristo: si soy pastor, debo tener claras mis funciones pastorales, y no por haber recibido cursos de temas psicológicos creer que sé manejar temas psicológicos. Un líder sabio reconoce hasta dónde puede atender a un hermano pastoralmente y cuándo debe referir a otra persona: si hay un tema de ansiedad, un trastorno afectivo, un duelo, un trastorno postraumático o un trastorno bipolar, son cosas que traspasan las fronteras de un cuidado pastoral o de consejería. Sin embargo, la labor espiritual puede seguir de la mano del apoyo psicológico. Dios es quien sanará integralmente a la persona, pero Él le da roles a cada uno y debemos desempeñarlos responsable, ética y cristianamente sin usurpar funciones que no nos corresponden.
Tomado con licencia de la revista LIDER 625, edición 6, DEPRESIÓN: La amenaza silenciosa. Pág. 40-42.
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