Hoy quisiera compartir una reflexión personal, algo que me paso a mí, algo que no me contaron, algo que yo mismo pude experimentar. Y que estoy seguro que cuando lo lean se sentirán identificados.
Hace un tiempo, en medio del cansancio y la desolación, sin fuerzas para seguir, sin ganas de trabajar, sin ganas de orar y hasta sin ganas de buscar de Dios, no sé cómo, creo que solo por obediencia, pero si soy sincero solo por tristeza e inercia …fui a la reunión de oración de la iglesia. Ya desbastado y sin animo por la situación en la cual estaba transitando, solo atine a escuchar, pero como siempre y una vez más, DIOS me hablo.
Escuche algo que me toco mi corazón, que me inquieto, que me llamo la atención y era que el Pastor que hablaba menciono, “leer la biblia en un año”. Y aunque no era el tema que el cual se trató en esa reunión, a mí me quedo dando vuelta esa frase, como si fuera algo que debía alcanzar, como si fuera que tenia que dar un paso mas allá. Cuando volví a casa fui directo a buscar mi Biblia y revisando encontré un plan para leerla en 365 días.
Ese día comencé en Deuteronomio 22. Y así empezó a mezclarse el anhelo de leer diariamente la palabra, con la necesidad de compartir el mensaje a otras personas. Y poco a poco, casi sin querer deje de pensar en mí y en lo que me estaba pasando. Llegado el día 25 vi, que había que leer Deuteronomios 31, del 1 al 8. Y me encontré con la enseñanza que creo haber escuchar muchas veces pero que nuca había leído, ni siquiera sabía a donde estaba escrita. Me encontré con la palabra justa, la que necesitaba para ese tiempo el cual estaba transitando, porque a pesar de haber recibido a Jesús como mi Señor y salvador, tengo días grises, días de cansancio, días de desánimo, días donde me siento mal, y me siento aun peor cuando me estoy sintiendo mal, ya que no tengo derecho a estarlo, porque se que no es lo que Dios me pide. (alégrense en el Señor, alégrense Fil 4:4). Por algo lo dice dos veces. Pero si, igual que cualquier ser humano imperfecto tengo días malos, donde no se cómo avanzar, como salir, como continuar, donde no tengo ganas de nada. Pero el Señor me arrincona y me acerca a EL y me muestra a través de su palabra que el SIEMPRE ESTARÁ CONMIGO.
Dios me hablo a través de Deuteronomio 31, me hablo a través de esa frase que escuche en la reunión, “lee la biblia en un año“, pero por sobre todo me hablo cuando vi el plan en mi biblia, que por cierto estaba al alcance de la mano esperándome para decirme… No temas no te desanimes, porque yo NO TE VOY A ABANDONAR.
Sean fuertes y Valientes. No teman ni se asusten ante estas naciones, pues el SEÑOR su Dios siempre los acompañara, nunca los dejara y nunca los abandonara. Deut 31:6
Es una promesa para los que aceptan el pacto de seguir los mandatos de Dios. EL NOS DICE QUE NUNCA NOS ABANDONARA, DECLARA QUE SIEMPRE, SIEMPRE NOS ACOMPAÑARA. ¡No dice algunas veces, dice SIEMPRE!!! Y como hijo de Dios creo y atesoro esta promesa porque EL no tarda en responder, EL está a mi lado siempre. Y aunque el abandono haya sido parte de mi historia, y el solo escuchar la palabra “abanado”, entristece mi corazón, y aunque el enemigo me quiera convencer que el abandono está en mi ADN, yo me aferro a la promesa de MI PADRE que me dice que NO ME ABANDONA. Y que mi pasado no me define. Pero este versículo comienza diciendo SE FUERTE Y SE VALIENTE, el me está pidiendo que ponga mi parte, que sea FUERTE porque él está conmigo.
El SEÑOR mismo marchara al frente de ti y estará contigo, nunca te dejara ni te abandonara. No TEMAS ni te DESANIMES Deut 31:8
Como tener miedo, como no levantarte, como no empezar de nuevo, como no ponerme de pie, si Dios me da semejante promesa. La cual eh visto en infinidad de veces, cuando levanto la cabeza y veo a mis hijos, a mi esposa, a mi trabajo, a mi estabilidad, y cuantas cosas mas… Como no levantarme si miro para atrás y veo de donde me saco, que de hecho si no fuera por DIOS ¿dónde estaría? Una vez más, mi Padre me hablo en el momento justo y me recibió con los brazos abiertos, sin reprocharme nada, cumpliendo su promesa de NO DEJARME Y NO ABANDONARME, sin siquiera cuestionarme, solo me pide que sea Fuerte y Valiente, que no tema, pero por sobre todo que NO ABANDONE.
Andrés Lara
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