Vivimos en un mundo muy cambiante, donde la palabra ya no vale nada, y nadie confía en las palabras de los demás, pero Jesús dijo:
El cielo y la tierra pasará, pero mis palabras no pasarán. Mateo 24:35
Y es que, la Palabra de Dios permanece firme para siempre. Nada puede cambiar a La Palabra, pero todo puede cambiar por el poder de La Palabra. Nada puede cambiar lo que Dios ha dicho. Pero todo puede cambiar cuando Dios habla. Quiero dejarte estos tres secretos que al aplicarlos transformará nuestra vida.
1. Recibir la Palabra
“Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo, y no vuelven allá sin regar antes la tierra y hacerla fecundar y germinar para que dé semilla al que siembra y pan al que come, así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos.” Isaías 55:10–11 (NVI)
Es claro que la lluvia y la nieve no vuelven al cielo (evaporación), sin antes regar la tierra para que dé fruto. Cuando la tierra recibe la lluvia y la nieve deja de ser una tierra seca y árida, se convierte en tierra fértil. Así mismo, cuando la lluvia riega la tierra se prepara para la siembra y la cosecha.
Y ese fruto que es cosechado le da pan al que come, y también semilla para sembrar para una nueva temporada. ¡Por eso es tan importante la lluvia para la tierra! Lo mismo pasa con la Palabra de Dios y en nosotros.
Riega nuestra alma, transforma nuestro corazón en tierra fértil para que produzca fruto espiritual. ¿Ya has recibido la Palabra de Dios? ¿Estás compartiendo la Palara de Dios con otros?
2. Conocer la Palabra
Entonces Jesús dijo a los judíos que habían creído en él: «Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.» Juan 8:31–32 (RVC)
La Palabra de Dios no es sólo un regalo que tenemos que recibir y compartir. La Palabra es un estilo de vida que tenemos que aprender a vivir, y permanecer en ella, todos los días del resto de nuestras vidas. Cuando permanecemos en la Palabra pasamos de ser simples creyentes a discípulos de Jesús. A medida que vamos conociendo más a Jesús y a Su Palabra ¡Vamos siendo libres!
- Libres de las mentiras de esta sociedad.
- Libres de los prejuicios de la religión.
- Libres del poder del Diablo.
- Sí… ¡La Palabra de Dios nos hace libres!
Por eso es importante conocerla, porque mientras más conozcamos la Palabra, más conoceremos al Señor. La Verdad que nos hace libres es una Persona, y se llama Jesucristo:
Jesús le dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Juan 14:6 (RVC)
La Palabra vino a lo suyo, pero los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:11–12 (RVC)
Jesucristo es la Palabra de Dios hecha hombre. Por eso Jesús y Su Palabra son uno.
En el principio ya existía la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y Dios mismo era la Palabra. En el principio, la Palabra estaba con Dios. Por ella fueron hechas todas las cosas. Sin ella nada fue hecho de lo que ha sido hecho. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Juan 1:1–4 (RVC)
3. Aplicar la Palabra
»Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, soplaron los vientos y azotaron aquella casa. Ésta se derrumbó, y grande fue su ruina.» Mateo 7:24–27 (NVI)
Esta parábola de Jesús nos cuenta la historia de 2 edificadores. Cada uno construyó su propia casa. Cuando cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos… una casa se derrumbó y la otra permaneció de pie.
¿Cuál fue la diferencia? El cimiento. Una casa estaba edificada sobre la roca, y la otra sobre la arena. ¿Qué es más fácil y rápido? ¿Edificar sobre la roca o sobre la arena?
Para edificar sobre la arena no hay que esforzarse mucho. Simplemente conseguir los materiales y empezar a edificar.
Pero para edificar sobre la roca hay que cavar, y cavar, e invertir mucho tiempo y esfuerzo en ir bien a lo profundo… hasta encontrar la roca. Y usando esa roca como fundamento, recién ahí empezar a edificar hacia arriba.
Por estos días, es triste ver casas y edificios derrumbados por la guerra en Ucrania. También, es triste ver ciudades enteras derrumbadas en Turquía y Siria por los terremotos. Pero más triste es ver a personas “derrumbadas” porque les fue mal en la vida, su matrimonio fracasó, su empresa se fundió, su familia se desarmó.
Y más triste aún es ver personas “derrumbadas” en la Iglesia. Personas que quizás han escuchado cientos o miles de predicaciones y enseñanzas Bíblicas. Estimado lector,
“No alcanza con oír la Palabra de Dios
necesitamos obedecerla”.
En la historia que contó Jesús ambos hombres escucharon la Palabra. El insensato (necio) la escuchó, pero después hizo lo que quiso. En cambio el prudente (sabio) la escuchó y la puso en práctica.
En la vida del cristiano:
La Roca es Jesucristo. Pero los cimientos (lo que dará firmeza a tu vida) es escuchar y poner en práctica la Palabra de Dios = OBEDECERLA.
Aunque vivamos en tiempos difíciles, donde todo cambia, y donde nadie confía en la palabra de los demás, necesitamos aferrarnos a la Palabra de Dios que no cambia, y que es poderosa para transformar nuestras vidas, nuestra familia y cualquier circunstancia según Su perfecta voluntad.
Para ser transformados por Dios, necesitamos recibir, conocer y aplicar Su Palabra.
Algunas recomendaciones si eres el primer lector
- Te invito a experimentar un diálogo con Dios, hablale como un hijo(a), no desistas tu oración e incluye “que sea tu voluntad” dentro de tus palabras. Él estará feliz de escucharte.
- Empieza a leer ¡la Bíblia! Es una oportunidad para conocer y escuchar la voz de Dios. Puedes empezar por los evangelios que están en el Nuevo Testamento (Mateo, Marcos, Lucas y Juan)
- Busca un lugar donde aprender más de Dios, busca una iglesia donde asistir. Si no tienes un lugar, te invitamos a Chubut 605, B/Providencia, Córdoba-Arg. O bien, si lees desde otra ciudad o país te invitamos a ver en vivo nuestras reuniones. ¡Tenemos muchos recursos para ti, ingresa a nuestra Comunidad!
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Comentarios
Excelente adaptación del Mensaje del domingo. Muchas Gracias Diego Peña por ayudarnos a llegar también de este manera con la Palabra de Dios para bendecir a las personas. Un fuerte abrazo!!!