En una entrevista que le hicieron al jugador de básquet Emanuel Ginóbili, considerado el mejor jugador de basquetbol argentino y latinoamericano, y uno de los mejores de la NBA, alcanzando increíbles logros en su carrera como jugador, dijo: que él había decidido tener una vida diferente a la de sus amigos, que cuando ellos se juntaban y se acostaban tarde, él se quedaba en casa y al otro día se levantaba temprano a entrenar. Había decidido ENFOCARSE en tener un estilo de vida que lo llevo a vivir su PROPÓSITO y eso definió sus PRIORIDADES.
También, hay muchos otros deportistas, trabajadores o atletas destacados haciendo movimientos increíbles que desarrollaron grandes habilidades, siendo mejores que sus pares. Pero, ¿Por qué son diferentes y mejores? ¿Qué hicieron para lograr desarrollar esas habilidades? ¿Cómo lograron destacarse entre la multitud?
Me gustaría empezar revisando la definición de estos tres conceptos según el diccionario:
Enfoque: “Dirigir la atención o el interés hacia un asunto o problema desde unos supuestos previos, para tratar de resolverlo acertadamente“.
Propósito: “Intención o voluntad de hacer algo”.
Prioridades: “Anterioridad en orden, o en el tiempo que se le da a una cosa u otra”.
¿Qué ilustración podríamos tener en la Bíblia para entender mejor estos conceptos?
Jesús dijo: El que pone la mano en el arado y luego mira atrás no es apto para el reino de Dios. Lucas 9:62
Desde el primer día en que le entregamos nuestra vida a Jesús y lo recibimos como Salvador y Señor, él nos da la capacidad para servirle y agradarle.
Cuando el labrador ponía su mano en el arado, este tenía que enfocarse en un punto fijo para que el surco en la tierra saliera derecho. De igual manera debemos fijar nuestros ojos en Jesús para no desviarnos. No quitar nuestra mirada de Jesús nos hace APTOS.
A fin de noviembre del año pasado un hermano de nuestra congregación nos compartió al equipo pastoral lo siguiente:
“En oración he sentido que los mejores años de Renacer vienen por delante, viene la mayor cosecha de personas rendidas a Cristo que jamás hayamos imaginado, y ni 2 o 3 reuniones por domingo van a alcanzar en el auditorio para recibir a las personas que venga a buscar a Jesús como su Señor y Salvador. Se viene un tiempo de grande cosecha”.
Esto no significa que ahora nos sentamos a ver como empiezan a entrar por la puerta las personas. Dios hará su parte, pero espera que nosotros pongamos las manos en el arado, trabajar la tierra, enfocados en nuestro PROPOSITO.
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. Romanos 1:16
Acá está el secreto de lo que va a pasar. No avergonzarse del evangelio es aceptar el estilo de vida del EVANGELIO. Es adoptar el estilo de vida de Jesús. El evangelio es Jesús, es la buena noticia de que El murió por nuestros pecados, en nuestro lugar y resucito para darnos vida eterna.
Primero, debemos ENFOCARNOS en vivir el EVANGELIO DE PODER.
Segundo, entender que este es nuestro PROPÓSITO como hijos de Dios. Y él nos hizo aptos para este propósito.
El PROPÓSITO es el objetivo que se pretende alcanzar. Nuestro objetivo como hijos de Dios es el de ganar personas para Cristo. Evangelizar es hacer que, esto que nos pasó a nosotros, les pase a otros, que reciban el evangelio.
Entendiendo esto: ¿Cuál debería ser el orden de nuestras prioridades? ¿Qué o quién debe ser lo más importante en mi vida?
Nuestras prioridades hablan mucho de nosotros, este es un buen orden para nuestra vida:
- Primero, Dios.
- Segundo, Cónyuge, (si estás soltero/a serían tus padres)
- Tercero, nuestros Hijos.
- Cuarto, Trabajo – Estudio.
- Quinto, Servicio en la iglesia.
Mi relación diaria con Dios me lleva a conocerlo más, y así mi fe crece. Mi familia, el lugar donde trabajo y el lugar donde estudio es el ámbito donde vivo el evangelio y lo hago conocido a Jesús.
Y en la iglesia es donde, con el aporte de cada uno, extendemos de forma corporativa el reino de Dios. Me involucro de manera individual, pero también corporativamente (iglesia).
En la Bíblia, también encontramos ejemplos de personas que no tenían claro sus Prioridades (Lucas 9:57-62 NTV) es como si Jesús les llamara pero dijera, “ok, te seguiré, pero primero: “debo casarme”, “criar a mi hijo recién nacido”, “debo ascender a un mejor puesto en mi trabajo”, “dame tiempo Jesús gano un poco más de dinero y después te sigo”, o incluso algunos, he escuchado decir; “déjame primero me jubilo y luego ya tendré el tiempo de creer y enfocarme en Dios”.
No estoy diciendo que estas cosas no sean importantes, lo que me descalifica es el orden de prioridad que yo le dé. PRIMERO DIOS.
¿Cuántos habrán quedado descalificados, no porque Dios los haya desechado, sino porque cambiaron las prioridades de Dios por las personales?
Dedica unos minutos para realizar una evaluación y colocar en orden tus prioridades, no tengas en poco esta sugerencia, podrá ahorrarte tiempo, dolores de cabeza e incluso lágrimas. Espero que esta lectura sea de crecimiento para tu vida. Si te bendijo, por favor, dedica solo 20 segundos en enviarla a 3 personas mediante las aplicaciones que encontrarás abajo. ¡Un abrazo!
Algunas recomendaciones si eres el primer lector
- Te invito a experimentar un diálogo con Dios, hablale como un hijo(a), no desistas tu oración e incluye “que sea tu voluntad” dentro de tus palabras. Él estará feliz de escucharte.
- Empieza a leer ¡la Bíblia! Es una oportunidad para conocer y escuchar la voz de Dios. Puedes empezar por los evangelios que están en el Nuevo Testamento (Mateo, Marcos, Lucas y Juan)
- Busca un lugar donde aprender más de Dios, busca una iglesia donde asistir. Si no tienes un lugar, te invitamos a Chubut 605, B/Providencia, Córdoba-Arg. O bien, si lees desde otra ciudad o país te invitamos a ver en vivo nuestras reuniones. ¡Tenemos muchos recursos para ti, ingresa a nuestra Comunidad!
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