Por Pr. Daniel González
“Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿que impide que yo sea bautizado?”. Hechos 8.36
La cualidad de este hombre, el cual era administrador de los tesoros de la reina, era tener la capacidad de ir “directo al grano” y averiguar qué hacía falta para que las cosas se concretaran.
La pregunta clave que nos debemos hacer para que las cosas se concreten en nuestra vida es la siguiente: ¿Qué impide que no haya logrado todavía lo que me propuse?
La respuesta a esta pregunta es exactamente qué es aquello que debo trabajar, recordando que la mayoría de los obstáculos en nuestra vida son responsabilidad nuestra, y no situaciones ajenas a nosotros.
Estos pueden ser malos hábitos, creencias erróneas, actitudes negativas, falta de capacitación, falta de disciplina, falta de perseverancia, etc.
Debemos tomar la decisión de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para quitar el obstáculo que no nos permite alcanzar lo que nos propusimos:
- ¿Qué impide que sea ascendido en mi trabajo, falta de capacitación? Entonces empezaré a capacitarme.
- ¿Qué impide que tenga mi casa, falta de ahorros? Entonces comenzaré a ahorrar.
- ¿Qué impide que me alcance el tiempo, desorganización? Entonces comenzaré a organizarme.
- ¿Qué impide que se me abran puertas, mi carácter? Entonces comenzaré a trabajar en él.
- ¿Qué impide que pueda concentrarme en lo importante, muchas actividades? Entonces aprenderé a decir que no.
- ¿Qué impide que sea profesional en lo que hago, mediocridad? Entonces desarrollaré excelencia.
Identificá claramente el obstáculo que hasta hoy impidió que logres lo que te propusiste, y trabajá para sortearlo; porque mientras este siga ahí, vos también seguirás ahí sin concretar lo deseado.
No esperes que desaparezca o se resuelva mágicamente, desarrollá un plan de acción concreto para vencer ese obstáculo y poder alcanzar tus objetivos.
Yo bendigo tu vida para que puedas identificar y erradicar todo impedimento que no te permite alcanzar lo deseado y poder concretar lo que Dios te mostró para tu vida.
Tomado de “Principios para el Éxito” – Pr. Daniel González
Comentarios
Cuando identificamos el problema, ya tenemos media solución. La otra mitad, es quitarlo de en medio. Y todo lo podemos en el Amado.
Si para Dios no hay imposibles, donde está el problema?
El límite me lo pongo yo.
Debo entonces dejar de ser yo quien decida y permitirle a Dios que sea quien maneje mi vida, para que mis imposibles se hagan realidad de la mano de Dios.
Ojo, no significa que no haga nada al respecto sino más bien aprender a escuchar a Dios para alcanzar esos objetivos.
Que tengan un buen día, bendecido, prosperado, en victoria y con salud.
Dios los bendiga.
Amén! Hermosa reflexión. Es cuestión de ponerse, ver los obstáculos e impedimentos y de ahí trabajar para sacarlos de nuestro camino. Es bueno estar dispuestos a hacerlo y no dejar de lado…. No dejar pasar el tiempo.
Bendigo tu vida pastor Daniel, gracias!!! Excelente!