Eventos con comida, invitados famosos o juegos dinámicos atraen a muchos. El servicio comunitario también es un valor de las nuevas generaciones. Es otra historia cuando hablamos de las misiones.
Hace unos años atrás, Elisa y yo planificamos un viaje misionero para nuestros jóvenes. Nuestro grupo carecía de recursos, pero tenía mucho talento y deseo de servir. Preparamos la lista de inscripción, hicimos entrevistas con cada integrante y evaluamos qué talentos y habilidades teníamos para ofrecer a Dios.
Nos faltaban voluntarios; invitamos a los músicos, el teatro, jóvenes de otras iglesias para acompañarnos. Después de una búsqueda larga, finalmente tuvimos 45 personas que hicieron el viaje misionero a una comunidad olvidada, donde pudimos servir a los niños, tuvimos teatro y concierto, y en ese fin de semana muchos conocieron a Cristo. ¡Cómo nos animamos al ver tanto fruto! Y no solo nosotros, pero nuestro testimonio de ver a Dios obrar animó a toda nuestra comunidad cristiana.
Lo que hemos aprendido en cuestión de misiones no es tanto buscar fuerzas en números sino tener las personas correctas para ir a servir juntos. Quizás la dificultad de encontrar voluntarios para las misiones es una protección de Dios; sin embargo, sabemos que no hay mejor forma de unir a un grupo de personas que ir a un lugar remoto y servir en condiciones difíciles con personas del mismo sentir. Tony Campolo habla de que cuando servimos a alguien en necesidad es como «servir a Jesús disfrazado».
Tener encuentros con Dios en este ambiente transforma vidas, no solo del que recibe ayuda sino de los que sirven y cumplen lo que dice en Mateo 25:31-46. Sabiendo esto, queremos involucrar a más gente para el bien de su desarrollo espiritual. Misiones es un paso importante en el crecimiento de cada cristiano. Para reclutar a más personas en misiones tenemos que saber la importancia del servicio misionero.
¿POR QUÉ MISIONES?
Imitar a Jesús. Apoyar en las misiones es ser cristiano o «pequeño Cristo». Desde Génesis hasta Apocalipsis, el corazón de Dios hacia las naciones se repite una y otra vez. Ser imitadores de Cristo es estar involucrados en alcanzar a las naciones.
Apoyar algo más grande que no embarca ganancia personal. A las nuevas generaciones les encanta apoyar una misión y una causa mayor que ellos. Las misiones les dan exactamente eso.
Mayor involucramiento en la iglesia. Esta es una oportunidad única para ser parte de la iglesia. Salir de nuestra comodidad y trabajar hombro a hombro con tu comunidad cristiana te ayuda a sentirte parte del cuerpo, mucho más que asistir al culto un domingo. Una vez tuvimos una persona atea arrodillándose y diciendo: «Necesito lo que ustedes tienen. Enséñenme cómo conocer a Cristo».
Armar redes y construir amistades. Algunas personas se involucran porque necesitan amigos, amistades y más redes. No hay mejor forma de tener intimidad sana como cuando sirves con otros.
Más bienaventurado es dar que recibir. A todos nos gusta marcar la diferencia en la vida de alguien, nos da un sentir de cumplir con la gran comisión y hacer nuestra responsabilidad cívica.
Desarrollar nuevas habilidades. Algunos nunca han usado un martillo, pero van a un viaje misionero y aprenden cómo colocar 1000 clavos en un día sin perder un dedo.
Propósito. Mucha gente de las nuevas generaciones está buscando un propósito de existir. El servir a otros y no enfocarnos en nosotros mismos nos ayuda a ver un propósito digno de cumplir. Esto renueva a los chicos y chicas.
Cumplir con requerimientos de horas de servicio. Colegios, universidades y otras instituciones muchas veces piden a los alumnos tener un número de horas de ayuda social para cumplir con los requisitos de graduarse. ¡Nosotros podemos proveer esa ayuda!
ALGUNOS PASOS PARA RECLUTAR VOLUNTARIOS:
Conectarlos con la misión. Ellos tienen que saber que lo que están haciendo entra en la misión más grande de la iglesia.
Saber su rol. Comunicar claramente lo que estarán haciendo: construcción, lavar autos, servir a niños, pintar paredes. Un voluntario necesita tener estas preguntas respondidas antes de arriesgarse.
Mostrarles que su participación es necesaria. Demostrar un buen encaje con los dones y talentos que ellos tienen.
Mostrarles el ganar/ganar. Ellos tienen que saber los beneficios, tanto para ellos como para la comunidad a la que van a servir.
Comunicar el compromiso requerido. El voluntario tiene que saber qué esperar y qué nivel de compromiso tendrá que tener para dar de su tiempo.
Darles swag o el «botín». Camisetas, mochilas, etc., con el logo de la misión. Todo ayuda para agradecer al voluntario y ayudarlo a identificarse con la misión. ¡Queremos apreciarlos!
Mostrarles el fruto que habrá. Los voluntarios tienen que tener una imagen mental de cómo su servicio impactará a los que servimos.
Proveerles una buena evaluación y retroalimentación. Primero evalúalos a ellos, eso les mostrará cómo pueden crecer como voluntarios. Después permite que ellos nos evalúen a nosotros: eso nos ayudará a saber cómo reclutar mejor y servir mejor.
SECRETOS DE RICH Y ELISA QUE NOS HAN AYUDADO EN LOS VIAJES MISIONEROS:
La mayoría de las personas no serán voluntarios si nadie se los pide. Debes acercarte a las personas que crees que serían una buena opción y decirles: «Creo que serías un bueno candidato para este viaje misionero. ¿Puedo anotarte?». Recluta personas que saben ser flexibles.
Explícales que esperas hacer todo en el itinerario, pero que las cosas cambian y hay que ser flexibles. En el momento que muestran interés haz el seguimiento con ellos. Mándales un texto dentro de las 24 horas siguientes para recordarles la oportunidad y mantenerlos al tanto. No abrumes a los voluntarios. Si se han comprometido a ir con ustedes al viaje misionero, no los abrumes con tanto trabajo, poco descanso y mala comida; es importante que se cuiden bien para seguir ministrando con eficacia.
En el viaje misionero es clave reunirse cada noche para evaluar y procesar lo que han aprendido ese día. Es el momento de ver dónde la mano de Dios está obrando, escuchar testimonios de lo que Dios está ¿ haciendo en sus vidas. Las misiones son un momento excelente para crecer exponencialmente. Agradéceles en privado y en público cada vez que puedas.
Es importante antes, durante y después agradecerles por servir: en la iglesia, en los medios sociales, en una conversación a solas, donde sea. No dejes pasar la oportunidad de agradecer a tus voluntarios. Nosotros hacemos «El voluntario de la semana», y allí es donde les decimos gracias por todo lo que hacen.
Cumplir con lo que has prometido; si prometemos darles oportunidades para servir en la construcción, úsalos en construcción. Al ver que cumplimos con lo que decimos, vendrán una y otra vez y ellos mismos reclutarán a otros.
Finalmente, es bueno saber dónde encontrar voluntarios. La respuesta más fácil es la iglesia. Miembros, líderes, aun los nuevos de la iglesia; pueden reclutarse familiares, amigos y vecinos. Nosotros sugerimos reclutar niños, familias, adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos y todos los que estarían dispuestos y correctos para servir. Pero esa es la palabra clave: SERVIR. Si no tienen una actitud de servicio, si no son los primeros en saltar para barrer el piso o lavar los platos, quizás no sean las personas indicadas para ir a un viaje misionero. Pide al Señor más obreros y verás el fruto.
Tomado con licencia de la revista LIDER 625, edición 14, “Voluntarios, el factor que acelera o retrasa tu ministerio” Pag. 24.
Créditos ph: Imagen de wirestock en Freepik
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