“Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres?” (Josué 18:3).
El pueblo de Dios, después de haber dado vuelta por el desierto por cuarenta años, finalmente llegó a la tierra prometida; después de algunos preparativos comenzaron a hacer retroceder a los enemigos. El primer escollo en su camino se llamó Jericó, luego Hai, y así estuvieron en guerra por mucho tiempo, tomando los territorios según su distribución por tribus.
Pero llegó un momento donde se acomodaron y se cansaron de pelear. Es en ese contexto en el que Josué va a exhortarlos a que no sean negligentes con lo que Dios ya les había entregado; solo debían de tomarlo.
La negligencia es la falta de cuidado y atención en el cumplimiento de una obligación. Cuántas veces caemos en la negligencia, dejamos de poner atención y cuidado a lo que Dios nos ha dado, descuidándolo o simplemente cediéndolo.
Hay una tierra que poseer, símbolo de una promesa de Dios para tu familia, tus finanzas, tus hijos, tu salud o bien un llamado específico de Dios, este es el tiempo, es el momento de Dios.
Desafío: Recuerda que podremos actuar con diligencia o con negligencia en algunas áreas de nuestra vida, y esto afectará considerablemente cada una de las conquistas que debamos realizar.
- Josué 17:1-18 | (Leer)
- Josué 18:1-28 | (Leer)
- Hechos 15:1-41 | (Leer)
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Desafío: Recuerda que podremos actuar con diligencia o con negligencia en algunas áreas de nuestra vida, y esto afectará considerablemente cada una de las conquistas que debamos realizar.