“A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma” (Hechos 23:11).
En este pasaje el Apóstol Pablo estaba siendo juzgado por los fariseos y romanos, pero él no tenía delito alguno; en el momento más difícil, en medio de la noche, el Señor Jesús se presentó y lo animó. Al día siguiente, más de cuarenta personas armaron un complot contra Pablo, los cuales se determinaron no comer ni beber hasta matarlo. ¡Qué locura! ¿No te parece?
En ocasiones nos quejamos o nos desanimamos cuando alguien tiene algo en nuestra contra, o cuando predicamos y el otro nos rechaza el mensaje… Contra él no era una, sino cuarenta personas las que maquinaban en su contra. Pero Jesús no solo lo animó, sino que salió en su defensa. De la misma manera pasará con nosotros.
Desafiémonos a pelear por la verdad y testificar del Señor en todos los ámbitos. No nos atemoricemos, no bajemos los brazos. Él mismo vendrá y nos dará la certeza de que nunca nos abandonará. Si permanecemos fieles, Él será fiel con nosotros.
Desafío de hoy: ¿Le hablaste en estos días a alguien de Jesús? ¿Le compartiste a alguien la Palabra? Te animo a que lo hagas más allá de la respuesta. Jesús está contigo.
- Jueces 9:1-57 | (Leer)
- Jueces 10:1-18 | (Leer)
- Hechos 23:1-35 | (Leer)
Comentarios