“Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos” (Jueces 13:5).
Sansón fue uno de los jueces de Israel en épocas del Antiguo Testamento. Sin lugar a dudas nació como producto de un milagro, ya que su madre era estéril. Elegido por Dios, consagrado desde su concepción, con un llamado y una unción indiscutible. Pero no supo cuidar lo que Dios le había confiado y estropeó el plan que estaba trazado para su vida. Sus malas decisiones y sus debilidades lo llevaron literalmente a la muerte.
Pensaba en cuántas personas, aun cristianos, hoy en día terminan saboteando su llamado, el ministerio que el Señor les confió. Cuántos hombres y mujeres que recibieron dones, talentos y llamados, desde el vientre de sus madres, no cuidaron de hacer lo correcto para Dios y hoy lo han perdido todo. Imagino el dolor que debe causar al Padre ver esas vidas con tanto potencial arruinadas por el pecado. Quiero decirte que aún estás a tiempo para arrepentirte, para cambiar de dirección, de actitud.
Para reflexionar: Si hoy identificas que hay debilidades que están queriendo sobreponerse a tu llamado, renuncia a ellas. ¡No permitas que avancen! Pide ayuda y vuelve a enfocarte en el llamado de Dios. No esperes a que sea demasiado tarde, no repitas la historia de Sansón.
- Jueces 13:1-25 | (Leer)
- Jueces 14:1-20 | (Leer)
- Hechos 25:1-27 | (Leer)
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