Día 123: “Crucifica a tu viejo hombre”

“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él” (Romanos 6:6-8).

El hombre y la mujer de Dios, históricamente han luchado en contra de sus pasiones, de sus pecados. Existe una batalla espiritual que no debemos ignorar. También es cierto que la tentación no es pecado, pero sí ceder ante ella. La Palabra habla de crucificar el viejo hombre, es decir, entregar cada día a los pies de la cruz de Cristo nuestras debilidades. Ellas nos pueden desenfocar y hasta hacernos perder todo lo que el Señor nos confió.

Qué triste es ver personas que han cambiado su llamado por un momento de placer o por una oportunidad que tarde o temprano será pasajera y nunca se podrá comparar con las bendiciones que Dios nos ha dado, las cuales son eternas. Es que estar presos del pecado nos lleva a servir al pecado.

¿Cuál será la clave entonces? Morir. Escuché una frase que atravesó mi corazón y decía: “Al fuego de la tentación tenemos que combatirlo con el fuego del Espíritu”.

¿Estás atravesando un tiempo de tentación? Ve a la presencia, sincerate delante de Dios, muere a tus deleites, y luego llénate del fuego de Su Espíritu Santo.

Desafío de hoy: Identifica una debilidad en tu vida, solo una. Ve a la presencia y haz guerra espiritual. Renuncia a ese pecado y, si fuera necesario, pide ayuda a tu líder.

  • 1 Samuel 6:1-21 | (Leer)
  • 1 Samuel 7:1-17 | (Leer)
  • Romanos 6:1-23 | (Leer)

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