“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?” ( Romanos 8:35).
Sin lugar a dudas, la epístola escrita a los romanos es el mayor legado teológico que nos dejó el Apóstol Pablo. Después de entender el precio que Jesús pagó por nuestra salvación; luego de haber sido testigo ocular de cómo los cristianos morían sin negar a Cristo; después de haber pasado algunas luchas en su vida cristiana, es que llega a una de sus mayores conclusiones: nada podrá separarnos del amor de Cristo. ¿Habrá cosa en este mundo que nos aparte de Su amor?
La Palabra declara de manera contundente que ninguna cosa creada podrá separarnos del amor en Cristo Jesús, ni aun la muerte podrá tener tal efecto. En Él debemos permanecer anclados y nuestra seguridad es que Su amor permanece para siempre. Admiro profundamente a esas personas que, en medio de las peores pruebas de su vida, se aferran, más que a todo, al amor de Jesús. Son una verdadera inspiración para los demás. En medio del dolor, el amor es el que nos saca a flote.
Me pregunto: ¿Qué situaciones difíciles serán queriendo hacerte tambalear o intentar que dudes de tu fe? Declara hoy con voz audible que: ¡nada podrá separarte del amor de Dios!
- 1 Samuel 10:1-27 | (Leer)
- 1 Samuel 11:1-15 | (Leer)
- Romanos 8:1-39 | (Leer)
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Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?” ( Romanos 8:35).
NADA PUEDE SEPARARME del AMOR de CRISTO!
AMÉN!