“Y Saúl consultó a Dios: ¿Descenderé tras los filisteos? ¿Los entregarás en mano de Israel? Mas Jehová no le dio respuesta aquel día” ( 1 Samuel 14:37).
Nada más frustrante que esperar una respuesta de parte de Dios, y ver que no llega… En épocas del Antiguo Testamento era muy habitual esperar una respuesta concreta para saber si Dios mandaba ir a la batalla o no. Hoy en día, pareciera que nos manejamos mucho más solos, y en ciertas ocasiones puntuales pedimos a Dios su guía. Qué maravilloso sería, frente a cada batalla que nos presenta la vida, aprender a depender de Dios. Pareciera algo difícil, pero no imposible. ¿Cómo poder lograrlo? ¿Cómo darnos cuenta cuando Dios nos habla?
Varios factores que influyen si hablamos de la voz de Dios. Sin lugar a dudas, la Palabra siempre es guía a nuestro camino. Dios, entonces, nos habla a través de ella, pero muchas personas resultan confundidas al utilizar la Biblia como una especie de oráculo. Es decir, abren la Biblia deliberadamente y creen que donde la suerte cayó es la respuesta de Dios. Si bien el Señor puede obrar como quiere, generalmente no actúa de esa manera, sino que luego de hablarnos, por ejemplo en nuestro devocional o en un culto, nos confirma a través de algún referente espiritual o hasta de algún familiar, que certifica lo que Dios ya nos habló.
Desafío: Aprender a identificar la voz de Dios es todo un desafío, pero denota crecimiento y madurez espiritual. ¡Adelante, Dios está pronto a guiarte!
- 1 Samuel 14:1-52 | (Leer)
- 1 Samuel 15:1-35 | (Leer)
- Romanos 10:1-21 | (Leer)
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