“Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel” (2 Samuel 7:8).
Qué maravillosa la historia de David, quien llevó a la nación a tiempos de paz y abundancia, y a tener victoria sobre sus enemigos. Con él, Dios hizo pacto eterno, por cuanto era un hombre conforme a Su corazón. En esta oportunidad le recuerda de dónde lo sacó cuando estaba pastoreando a las ovejas de su padre y cuando aun su padre se había olvidado de él. Pero Dios no lo había olvidado. Fue elegido y ungido por Samuel para ser el rey de su nación. Tuvo que pasar por un proceso bastante largo, mientras Dios trató con él hasta que estuvo listo para tomar ese lugar prometido.
¡Cuántas enseñanzas nos deja esta historia! Dios no busca el parecer, Dios busca el corazón correcto. Las personas solo miran la apariencia pero Dios mira el corazón. Cuán valioso es desarrollar el corazón correcto.
Por otro lado, nunca debemos olvidar de dónde nos ha sacado el Señor, para nunca más volver allí. De lugares de muerte, de dolor, de vicios, de depresión, y de tantas variadas situaciones, nos ha liberado el Señor para no volver atrás nunca más.
Desafío: Te preguntaste alguna vez, ¿qué sería de tu vida si no hubieras conocido a Dios? ¿Puedes imaginarte dónde estarías hoy? Nunca lo olvides, y cada día dale gracias al Señor.
- 2 Samuel 5:1-25 | (Leer)
- 2 Samuel 6:1-23 | (Leer)
- Salmos 11:1-7 | (Leer)
- Salmos 12:1-8 | (Leer)
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