“En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre” (Salmo 23:2-3).
El Salmo 23 es una de las mejores obras literarias del libro de los Salmos, en donde se refleja la actividad de un pastor hacia sus ovejas, con una descripción admirable. La mayoría de los salmos los escribió David, quien era un pastor de ovejas que conocía a la perfección este oficio después de haber servido a su padre por mucho tiempo. Y fue así que comparó al pastor de ovejas con Dios y el cuidado que tiene de sus rebaños.
Dios es el mejor de los pastores, tiene cuidado de cada uno de nosotros, nos lleva a los pastos delicados, nos hace descansar, nos sacia, nos conforta y nos guía por los caminos correctos. La Biblia llama a Jesús el Príncipe de los pastores, pero para que pueda cumplir Su rol debemos dejarnos pastorear por Él. Debemos entregarnos por completo a Su cuidado y permitirle que Su voluntad se cumpla en nuestras vidas. Su voluntad es buena y perfecta, por eso tenemos seguridad de que todo lo que hace, lo hace bien y es lo mejor para nuestras vidas. ¿Te animas a rendirte por completo a Su cuidado y aceptar Su voluntad?
Desafío de hoy: Pregúntale al Señor si existe alguna área de tu vida en la que no estás dejándote guiar por Él, sino que estás tomando tus propias decisiones. Luego haz los ajustes necesarios para estar en el centro de Su voluntad.
- 2 Samuel 21:1-22 | (Leer)
- 2 Samuel 22:1-51 | (Leer)
- Salmos 23:1-6 | (Leer)
- Salmos 24:1-10 | (Leer)
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En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre” (Salmo 23:2-3).
AMÉN!