“He aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú” (1 Reyes 3:12).
El heredero del rey David fue Salomón, y cuando le llegó el momento de sucederlo en el trono, al ver su juventud y su incapacidad, le pidió a Dios que le diera sabiduría para poder gobernar a un pueblo tan numeroso. Fue así que Dios se agradó de ello y le concedió su petición.
En cuántas circunstancias nos encontramos a diario sin saber qué hacer, tenemos que tomar decisiones trascendentes y no tenemos claridad. Al cerrar un negocio, al mudarnos a otro departamento, al renovar un contrato, vienen las dudas… “¿Estaré haciendo lo correcto?”, pensamos.
Salomón tuvo la oportunidad de pedir dinero o riquezas, pero prefirió la sabiduría. Cuántas veces creemos erróneamente que el dinero puede comprarlo todo, y decimos: “Si tengo dinero, todo estará bien”. Pero sabemos que con dinero podemos comprar una casa pero no un hogar; podemos tener una excelente plan de salud pero no comprarla; podemos hacer riquezas pero no asegurarnos la eternidad. Definitivamente hay cosas que no se pueden comprar; pero la sabiduría puede darnos lo que necesitamos, aun mucho más de lo que pedimos o entendemos.
Desafío: El principio de la sabiduría es el temor de Dios, así que si necesitas de ella apártate del mal, pídela en oración, y Dios te guiará para que tomes decisiones correctas en cada paso que des.
- 1 Reyes 3:1-28 | (Leer)
- 1 Reyes 4:1-34 | (Leer)
- Salmos 29:1-11 | (Leer)
- Salmos 30:1-12 | (Leer)
Comentarios
1°Reyes 3:12
SEÑOR NECESITO SABIDURÍA!
TE NECESITO SEÑOR!
APRENDI: ES MEJOR PRESTAR ATENCION!
AYUDAME, A SEGUIRTE!
TE ENTREGO mi voluntad! en el PRECIOSO NOMBRE de JESUS AMÉN!