“Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará” (Salmo 37:4-5).
En medio de un tiempo en el que a lo malo se lo llama bueno y a lo bueno malo, el mundo nos propone disfrutar de aquello que definitivamente es pecaminoso. Pareciera que el placer va de la mano de lo que hace mal o no conviene; no importa la forma de disfrutarlo, generalmente hace daño. Es cierto que la palabra deleite significa “placer de ánimo y de los sentidos”, pero no necesariamente tenemos que seguir la corriente de este mundo. Tampoco ser cristiano es símbolo de ser aburrido. La clave radica en poder deleitarse en Jesús en cada culto, en la célula, cuando nos disponemos a orar, cuando alabamos y adoramos a Jesús, aun cuando le servimos; debemos sentir el placer de estar junto al Señor. Al estar en familia, o entre amigos genuinos dados por Dios, hay un disfrute maravilloso.
Pero muchos creyentes, lejos de experimentar ese deleite, sienten una carga pesada, como si se estuvieran sacrificando al dejar lo que el mundo les propone… Por eso quiero animarte a que no te conformes con una oración, o un servicio religioso, sin poder. Adora de tal forma, que puedas experimentar a Dios de manera real, y aun no tengas deseos de salir de Su presencia. Él nos promete entonces que nos concederá cada petición de nuestro corazón.
Desafío:Disfruta de todo lo que Dios te ha concedido.
- 1 Reyes 11:1-43 | (Leer)
- 1 Reyes 12:1-33 | (Leer)
- Salmos 37:1-40 | (Leer)
- Salmos 38:1-22 | (Leer)
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