Día 161: “Aprender a dar y a recibir”

“Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a la mujer de Naamán. Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra” (2 Reyes 5:2-3).

Naamán, cuenta la historia bíblica, era un hombre valeroso, grande delante del rey, y había colaborado en la salvación de Siria, pero –a pesar de todo esto– era leproso. Podemos tener grandes cosas en esta vida, pero generalmente siempre hay algo que necesitamos… Y una mujer en esta historia fue el instrumento para llevar la bendición a este hombre atormentado por la lepra. Me pregunto qué hubiera sucedido si ella no hubiera hablado, probablemente Naamán habría muerto leproso.

Necesitamos más jóvenes, más hombres y mujeres con la determinación de esta muchacha, que venzan el temor y hablen de las cosas que puede hacer Dios en las vidas de los que se acercan a Él.

Reflexiona: ¿Serás uno de ellos? Predica la palabra en todo tiempo y en todo lugar donde te haya puesto el Señor. Sé de bendición donde quiera que te encuentres. Tenemos un tesoro, una perla de gran precio, es la salvación por medio de Jesucristo. Nuestro deber es anunciar tal esperanza.

También permite que Dios use a Sus hijos para bendecirte. En ocasiones Dios utiliza a las personas que menos esperamos para desatar Su bendición de lo alto. Aprende a dar, pero también a recibir.

  • 2 Reyes 5:1-27 | (Leer)
  • 2 Reyes 6:1-33 | (Leer)
  • Salmos 53:1-6 | (Leer)
  • Salmos 54:1-7 | (Leer)

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