Día 162: “Dios está por mi”

“Serán luego vueltos atrás mis enemigos, en el día en que yo clamaré; esto sé, que Dios está por mí” (Salmo 56:9).

Las circunstancias muchas veces nos agobian y no podemos ver más allá de la situación. El mundo a nuestro alrededor piensa que con el tiempo las situaciones se acomodan solas. Si bien es real que en ocasiones hay que esperar y no actuar, existen otras en las que si no actuamos empeoran. No importa el problema, nuestra mayor seguridad es que Dios está por nosotros; el día que comenzamos a clamar, aunque nuestros ojos no ven ningún cambio, toda situación comienza a retroceder y a cambiar.

Existen armas poderosísimas que el Espíritu Santo nos otorga para que en Él tengamos victoria. El ayuno, la oración, la guerra espiritual, la lectura y afirmación de la Palabra serán clave frente a los embates del enemigo. David, por su parte, aun siendo un hombre de guerra afirma: “Esto sé, que Dios está por mí”. Su confianza no estaba depositada en las armas, en los ejércitos, en los carros, ni en sus propias fuerzas, sino que estaba puesta en el Señor quien le daba la victoria.

Desafío: Nuestra perspectiva debe estar puesta, no en el tamaño del problema, sino en el tamaño del Dios Todopoderoso al cual servimos. ¡Miremos a Dios! Usemos las armas que el Señor nos entregó.

  • 2 Reyes 7:1-20 | (Leer)
  • 2 Reyes 8:1-29 | (Leer)
  • Salmos 55:1-23 | (Leer)
  • Salmos 56:1-13 | (Leer)

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