"Alzando Jacob sus ojos, miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas. Y puso las siervas y sus niños delante, luego a Lea y sus niños, y a Raquel y a José los últimos. Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano. Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron" Génesis 33:1-4
Uno de los mayores conflictos interpersonales que afronta el ser humano a lo largo de todos los tiempos, sin lugar a dudas, es el enojo y, como agregado, la falta de perdón. Permanentemente, el hombre se siente vulnerado por distintos hechos o palabras que lo afectan; mayormente por las personas que más ama. Y en sus manos está la posibilidad de perdonar o guardar rencor; de dejar pasar la ofensa o aferrarse a ella.
¡Qué gran momento nos narra la Palabra de Dios! Si fuera una película esta tendría que ser la escena final: luego de tanto tiempo de enemistad, dos hermanos terminan reconciliándose. Seguramente no fue algo fácil de hacer; pero cuando ponemos a Dios en el medio todo odio o resentimiento, incluso el dolor, pueden quedar en segundo plano para darle lugar a la reconciliación. ¿Será que en nuestras vidas habrá una escena como esta pendiente? ¿Seremos capaces de perdonar? ¡Qué gran desafío tenemos por delante!
Desafío de hoy: Toma un momento para meditar en tus relaciones interpersonales. Si en tu corazón hay enojo, dolor, o asuntos que te quitan la paz respecto a otra persona, este es el día de soltar y perdonar a quien te ofendió. Que la Palabra de Dios compartida pueda dar su fruto en tu vida.
- Génesis 33:1-20 | (Leer)
- Génesis 34:1-31 | (Leer)
- Mateo 17:1-27 | (Leer)
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