El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos” ( Proverbios 17:22). La persona alegre no es únicamente aquella que vemos riendo todo el día. Es la que aprende a disfrutar cada momento de su vida. Sin embargo, ¡cuántas personas actualmente viven estresadas a causa de los afanes de esta vida!, y no logran disfrutar de ella. Cuando el estrés empieza a ser parte de la rutina diaria, las personas acaban teniendo desgastes emocionales, físicos y mentales. Y lo más peligroso es que eso podría derivar en distintas enfermedades. Quizás te sucedió en alguna oportunidad tener un sarpullido en la piel al que no le encontraron una causa aparente, o tal vez dolores fuertes de estómago y los estudios no arrojaron nada en particular… Recuerdo el caso de una nena de ocho años, la cual sufría de constantes y agudos dolores de cabeza. Inmediatamente le hicieron infinidad de estudios, entre ellos neurológicos, los cuales dieron resultados perfectos. Los padres pedían oración porque cada vez eran más frecuentes los dolores. Hasta que una médica, guiada por Dios, le dijo a los padres: “Ahora vienen las vacaciones, esperemos dos meses y veamos qué pasa con la nena”. Casi milagrosamente comenzaron a desaparecer los dolores de cabeza, hasta cesar completamente. A lo que la médica concluyó: “la nena sufrió estrés por una autoexigencia que tenía en la escuela”. Desafío: Muchos viven la vida de manera afanada, exigida y turbada, y no logran tener un momento de descanso. Quiero animarte a que hagas un alto en este día y descanses, disfrutes, te rías… Recuerda que el corazón alegre constituye buen remedio.
- Job 6:1-30 | (Leer)
- Job 7:1-21 | (Leer)
- Proverbios 17:1-28 | (Leer)
- Proverbios 18:1-24 | (Leer)
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