Día 235: “Aguijones y clavos hinchados”

“Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor” (Eclesiastés 12:11). Creo que en algún momento de nuestra vida todos nos hemos pinchado un dedo con un elemento punzante: un cuchillo, un clavo, una astilla. Ni pensar si fue un aguijón de abeja. Seguramente aún recordamos el dolor que nos generó; ¿cómo olvidarlo? Cuanto más profundo fue, mayor habrá sido el tiempo de cicatrización y el malestar que produjo. Así deberían ser las palabras que nos dan en el momento justo: punzantes, duraderas. La Biblia va a utilizar esta comparación: el aguijón o el clavo hincado “es decir clavado, apoyado con fuerza”, para poder dimensionar el impacto que las palabras de un sabio pueden tener en nuestras vidas. Para muchas personas que les den un consejo puede ser algo más superficial, pero para otras puede ser muy profundo y traer cambios significativos a su vida. Sin dudas, todos necesitamos darle lugar a los sabios, personas con experiencia de vida, y también a nuestros líderes y pastores para que nos puedan aconsejar y orientar en nuestros caminos. La voz de la experiencia supera cualquier estudio o habilidad personal. Desafío: Quizás en este tiempo tengas que tomar alguna decisión trascendente en la que no te puedes equivocar, busca el consejo, habla con tus pastores.

  • Job 32:1-22 | (Leer)
  • Job 33:1-33 | (Leer)
  • Eclesiastés 11:1-10 | (Leer)
  • Eclesiastés 12:1-14 | (Leer)

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