“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible” ( 1 Corintios 9:24-25). Pablo les escribe a los corintios en esta oportunidad, una iglesia que se había fundado en una ciudad muy cosmopolita de Grecia. Los griegos fueron los creadores de muchas disciplinas deportivas, fundamentalmente del atletismo. Pablo, como buen observador, lo notó y lo utilizó como un ejemplo práctico en comparación con el camino del Señor. En mi país, los argentinos somos muy amantes del fútbol y podemos ver cómo se preparan los deportistas para llegar a obtener campeonatos. Pablo declara que es tanto el esfuerzo para obtener una corona corruptible, o bien hoy podríamos decir una copa pasajera… pero hay una que es mucho mejor y más valiosa, que es la corona incorruptible de la vida eterna y la salvación. Así como los atletas deben desarrollar hábitos alimenticios, dietas y entrenamientos muy fuertes, nosotros debemos esforzarnos para poder alcanzar nuestra meta en la vida, que es encontrarnos con Jesús; Él mismo, en persona, nos colocará la corona de la vida eterna. Desafío : El desafío de hoy es meditar en qué cosas estamos poniendo nuestro especial interés y nuestras fuerzas: en lo pasajero y terrenal o bien en lo eterno. Volvamos a poner nuestro mejor empeño en las cosas eternas, una corona incorruptible nos espera.
- Isaías 16:1-14 | (Leer)
- Isaías 17:1-14 | (Leer)
- 1 Corintios 9:1-24 | (Leer)
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