“Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” ( 1 Corintios 10:12). Qué poderosa advertencia nos hace la Palabra de Dios frente al exceso de seguridad que en algunos momentos podemos tener; tiempos en los que nos sentimos demasiado confiados, seguros, pero que en ocasiones serán peligrosos porque correremos el riesgo de caer. En la vida podemos apoyarnos en nuestras propias seguridades, en nuestra experiencia, en saber hacer una determinada tarea, en el conocimiento, aun en nuestra santidad. Sin darnos cuenta vamos perdiendo lentamente la confianza y dependencia total de Dios. Pero cuando la vida empieza a tambalear, surge un problema inesperado o sentimos que no tenemos el control de las cosas, ahí nos damos cuenta de cuánto necesitamos la intervención del Señor. Quiero afirmarte que nuestra seguridad y firmeza vienen de estar en Cristo, Él sigue siendo la Roca donde debemos apoyarnos y edificar todas las cosas. Nuestro hogar, nuestro empleo, nuestro oficio, nuestro servicio a Dios. Todo debe erigirse sobre Jesús y desde allí construir seguros, sabiendo que ese cimiento no va a ceder ni poner en peligro toda la construcción. Jesucristo permanece fiel y no cambia, sostenerse en Él nos dará la verdadera firmeza y seguridad, y podemos estar seguros de que no caeremos jamás. Desafío: Examinemos nuestro corazón, veamos si hemos dejado de depender de Dios en algún área para comenzar a confiar en nosotros mismos, en nuestra experiencia o saber. Volvamos a una dependencia total del Espíritu Santo.
- Isaías 18:1-7 | (Leer)
- Isaías 19:1-25 | (Leer)
- 1 Corintios 10:1-35 | (Leer)
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