“Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos” ( Isaías 44:3). En varias oportunidades la Palabra de Dios expresa la importancia de formar a nuestros hijos en los caminos del Señor. Él nos promete que derramará de Su Espíritu Santo sobre nosotros y nuestros hijos, pero la tarea de formarlos es nuestra. Los primeros años, la adolescencia y la primera juventud es la época ideal para dejar huellas permanentes en sus mentes y corazones. Luego ellos aprenderán a tomar sus propias decisiones. Por eso es que queremos aconsejarte: si cuentas con pequeños en esas edades, propónte dedicar tiempo a la formación sobre todo espiritual de tus hijos. Si tal vez, ya crecieron y hoy tienes la bendición de ser abuelo, una nueva oportunidad se levanta por delante para formar a la siguiente generación. Es maravilloso ver a abuelos abocados a la educación cristiana de sus nietos, y el resultado es extraordinario. Aun si sus propios hijos se hubieran alejado del Señor, como abuelos pueden sembrar semillas permanentes en sus nietos. Recuerda que no es necesario saber demasiado de la Biblia para enseñar, mucho más valioso es vivirla. Qué imagen fuerte será para tus generaciones, con el correr de los años, el recordar a un padre, una madre, un abuelo, orando de rodillas al Padre. La consecuencia será hijos, nietos, orando de la misma manera. Desafío de hoy: Toma un momento para reflexionar ¿qué estás sembrando en las próximas generaciones?
- Isaías 44:1-28 | (Leer)
- Isaías 45:1-25 | (Leer)
- 2 Corintios 71-16 | (Leer)
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