“Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová. Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas” ( Isaías 54:1-3). Este pasaje inevitablemente impacta profundamente mi alma, porque lo recibimos un día que clamábamos a Dios en angustia por no poder tener hijos. Te podrás imaginar nuestra reacción al saber que Dios rompía con nuestra esterilidad… Quiero afirmarte que las promesas que encuentres en la Biblia, si bien la mayoría están escritas para un pueblo, una persona, un tiempo o una nación, siguen estando vigentes. Y cuando Dios te hable directamente, no lo descartes ni cuestiones. Toma esas promesas por la fe en aquel que pusiste tu confianza: en Cristo Jesús. Me pregunto, ¿en qué área te estás sintiendo estéril? Quizás en el área laboral sientes que no puedes avanzar, que no estás dando lo que quisieras dar y, por lo tanto, no ves los frutos que anhelas. O en el plano familiar hay sueños, promesas que, lejos de verlas cumplidas, te parecen cada vez más lejanas… Tal vez en tu vida sentimental, pasan los años y la soledad sigue pesando en tu corazón… ¿Será en tu ministerio? Lo que pensaste haber logrado a esta altura aún no lo podés ni vislumbrar… Recordá: ¡Él sigue siendo Dios y en este día rompe con tu esterilidad! Cree en Sus promesas en el nombre poderoso de Jesús.
- Isaías 54:1-17 | (Leer)
- Isaías 55:1-13 | (Leer)
- 2 Corintios 12:21 | (Leer)
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