Día 278: “Somos llamados a ser parte de un cuerpo”

 “Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz… ” ( Efesios 4:2-3). En ocasiones me encuentro con gente que asiste al templo con la simple idea de recibir una bendición de Dios. Pero permitime decirte que la iglesia definitivamente es otra cosa. El Señor nos llamó para ser parte de Su cuerpo, Su novia. Somos tan diferentes unos de otros, venimos de distintas crianzas, de distintas familias, tenemos diferentes formas de resolver las cosas. Pero, a Jesús le plació convocarnos a todos para formar una Gran familia: la familia de la fe. Y así como en una familia hay conflictos que necesitan ser abordados y resueltos, lo mismo sucede en el pueblo de Dios. Por eso Pablo les escribe a los efesios y les da recomendaciones para mejorar las relaciones interpersonales. Cuatro características definen la relación que el Señor está esperando de Su iglesia, de Su pueblo: humildad, mansedumbre, paciencia y solicitud en guardar la unidad. La humildad nos ayuda a no creernos más que nadie, sino a ver al otro como superior a nosotros, y esto guarda las relaciones. La mansedumbre , por su parte, nos ayuda a tener un trato amable, un carácter afable. Sin paciencia , además, sería imposible relacionarnos y trabajar juntos en las tareas que el Señor nos encomienda. Y finalmente la solicitud, la predisposición para que la unidad sea un hecho entre los hijos de Dios. Recordá: ¡Cuánta tarea tenemos por delante! ¡Fuimos llamados a ser parte del cuerpo de Cristo, a trabajar para el reino de Dios!

  • Jeremías 10:1-25 | (Leer)
  • Jeremías 11:1-23 | (Leer)
  • Efesios 4:32 | (Leer)

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  1. Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz… ” ( Efesios 4:2-3). En ocasiones me encuentro con gente que asiste al templo con la simple idea de recibir una bendición de Dios. Pero permitime decirte que la iglesia definitivamente es otra cosa. El Señor nos llamó para ser parte de Su cuerpo, Su novia. Somos tan diferentes unos de otros, venimos de distintas crianzas, de distintas familias, tenemos diferentes formas de resolver las cosas. Pero, a Jesús le plació convocarnos a todos para formar una Gran familia: la familia de la fe.
    PERDON SEÑOR, por no siempre estoy dispuesta!
    PERDON por entristecer al ESPÍRITU SANTO por no recordar lo más Importante, que tanto costo pagaste SEÑOR!
    Ayúdame SEÑOR, en tu PODEROSO NOMBRE SIBRE TODO NOMBRE AMÉN ???

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