“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos” ( 1 Timoteo 6:11-12). Al llegar a los caminos del Señor, descubrimos que estamos en una guerra espiritual entre el reino de la luz y el de las tinieblas, en donde hay ángeles y demonios que batallan todo el tiempo, en nuestra contra o a nuestro favor. Pero, por el otro lado, cada día tenemos que librar una batalla individual contra toda acechanza del enemigo. Si bien Jesucristo ya venció, y nos ha dado su victoria, nosotros debemos enfrentarnos todos los días contra Satanás y sus huestes espirituales de maldad, con las armas que hemos recibido para poder hacerle frente. Estas armas son la oración, la Palabra de Dios, el ayuno, la adoración, la alabanza y la guerra espiritual. Pablo nos insta a pelear, a no rendirnos, y mucho menos a resignarnos viendo cómo nuestra familia se pierde o cómo la miseria se apodera de nuestro hogar. La lucha no es contra carne ni sangre, sino más bien contra poderes espirituales de maldad. ¡No te rindas! Hay que pelear todos los días, la victoria está asegurada; Satanás deberá huir y soltar lo que tanto amás. ¿Estás usando las armas que Jesús nos ha dejado? Desafío: Pelea la buena batalla de la fe y verás la gloria de Dios en todas las cosas.
- Ezequiel 1:1-28 | (Leer)
- Ezequiel 2:1-10 | (Leer)
- 1 Timoteo 6:21 | (Leer)
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