Día 307: “Irreprensibles para Dios”

“Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo” ( Tito 1:7-8). El Apóstol Pablo les enseña a sus discípulos, Timoteo y Tito, lo que considera uno de los requisitos más importantes para marcar en la vida de los creyentes, pero por sobre todo de aquellos que anhelen servir al Señor: el testimonio. No hay ministerio sin un testimonio intachable. Es imposible servir al Señor si nuestra conducta deja mucho que desear. Seguramente estarás pensando: “Yo conozco a alguien que hace tal o cual cosa en la iglesia, pero su vida…”. Quiero asegurarte que una cosa es hacer actividades en la iglesia, otra muy diferente es servir al Señor. Para servir a Jesús es necesario hacerlo de manera irreprensible. ¡Cuántas veces hemos contemplado tristemente personas que han tenido grandes llamados de Dios, pero todo se ha derrumbado a causa de su falta de conducta! Muchas veces nos preguntamos ¿cómo podemos predicar a las personas que tenemos a nuestro alrededor? Además de usar la Palabra, una de las maneras que no falla es a través de nuestro testimonio; nuestro comportamiento dice mucho más que nuestras palabras, nuestro testimonio de vida hará que todo aquel que nos rodee desee conocer a la persona de Jesús, que cambia y transforma corazones. Desafío: Mostrémoslo con nuestras vidas. Dejemos que el Espíritu Santo continúe trabajando sobre nuestro ser.

  • Ezequiel 11:1-25 | (Leer)
  • Ezequiel 12:1-28 | (Leer)
  • Tito 1:16 | (Leer)

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