Día 315: “¿Estoy preparado para el alimento sólido?”

“Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” ( Hebreos 5:13-14). Los médicos afirman que una buena alimentación es vital para desarrollar, conservar y mejorar nuestra salud. Desde pequeños recomiendan a los niños tomar leche, en una primera instancia materna, y luego consumir otro tipo de leche que ayude a fortalecer el cuerpo y a protegerlo de muchas enfermedades. Pero, cuando somos adultos, tomar leche no es suficiente, necesitamos de alimento sólido. De la misma manera sucede en la vida espiritual, solo cuando nos alimentemos de una comida sustentable, es que sabremos discernir entre lo bueno y lo malo. ¿Sabías que existen degustadores profesionales de comidas? Son personas que se han especializado en ser catadores de alimentos; ellos pueden asegurarnos si lo que están comiendo está bien hecho, si no está pasado de cocción, etcétera. En el Señor no debemos ser críticos de los que tal vez están errados en la fe, pero sí tenemos la necesidad de saber cuándo un alimento espiritual proviene de Dios o no, y esto solo lo lograremos estando en contacto con la Palabra y la presencia de Dios. El Apóstol nos anima a ejercitar nuestros sentidos para discernir entre lo bueno y lo malo. Desafío: ¡Seamos sabios en los caminos del Señor, alimentémonos de la Palabra de Dios!

  • Ezequiel 27:1-36 | (Leer)
  • Ezequiel 28:1-26 | (Leer)
  • Hebreos 5:14 | (Leer)

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Comentarios

  1. el Señor no debemos ser críticos de los que tal vez están errados en la fe, pero sí tenemos la necesidad de saber cuándo un alimento espiritual proviene de Dios o no, y esto solo lo lograremos estando en contacto con la Palabra y la presencia de Dios. El Apóstol nos anima a ejercitar nuestros sentidos para discernir entre lo bueno y lo malo. Desafío: ¡Seamos sabios en los caminos del Señor, alimentémonos de la Palabra de Dios!
    AMÉN, ALELUYA, GLORIA al SEÑOR!

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