“Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas” ( Hebreos 6:11-12). Todos necesitamos de vez en cuando una palabra de estímulo. Pero también necesitamos ser amonestados para seguir creciendo en nuestro andar con Dios. De la misma manera el Espíritu Santo nos amonesta a seguir adelante, y a dejar atrás la pereza. El perezoso es aquel que tiene poca disposición para hacer algo, para lo cual se requiere esfuerzo o que implica una obligación, especialmente trabajar o estudiar. Es cierto que en algún momento todos tenemos pereza, pero la Biblia nos insta a no “ser” perezosos, es decir que el hábito no se nos pegue. Algunos son perezosos para levantarse temprano, otros para ir al trabajo o estudiar para un final. He visto también, en reiteradas oportunidades, a personas que empiezan con entusiasmo todo lo que emprenden, pero de a poco se van desanimando en el camino… Mas Dios tiene grandes bendiciones para los que se esfuerzan y para los que con diligencia y solicitud permanecen hasta el fin, solo tenemos que permanecer al lado de nuestro amado salvador. Su Palabra nos pide que activemos aquellas invaluables virtudes que depositó en nosotros: fe y paciencia. Así siempre saldremos victoriosos en la vida aquí en la tierra, y también en la eternidad junto a Él. Desafío: ¡Mostremos la misma solicitud hasta el fin!
- Ezequiel 29:1-21 | (Leer)
- Ezequiel 30:1-22 | (Leer)
- Hebreos 6:20 | (Leer)
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