“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” ( Hebreos 9:27-28). La Palabra del Señor habla en muchas oportunidades acerca de la Segunda Venida de Cristo. Así como en la antigüedad todos esperaban la venida de un Salvador y, cuando Jesús llegó, el mundo entero se conmovió, así será su Segunda Venida. Ahora bien, mientras muchos temen a la muerte, los creyentes anhelamos que Él, a Su tiempo, regrese a llevar a Su Iglesia. Estar con nuestro Señor Jesús debe ser el anhelo de nuestro corazón. Puede ser que en esta tierra disfrutemos de nuestra vida; porque, además de tener que cuidar de nuestra familia, tal vez las obligaciones, tareas y responsabilidades aun las valoremos, y también gocemos de momentos de disfrute; pero nada se compara con el tiempo en el que viviremos eternamente junto al Amado de nuestra alma. Reflexionemos: Los acontecimientos actuales nos hablan de Su cercanía. Somos Su iglesia, Su amada, Su novia. Vivamos por Él y para Él, y aguardemos Su venida con un corazón humilde y sin doblez. Como una novia prepara su vestido, y todos los preparativos para la fiesta, y espera con ansias que el día de su boda llegue, ¡la Iglesia debe preparar sus ropas para semejante acontecimiento! ¿Te estás preparando? ¿Lo estás esperando? ¡Su venida está pronta, preparemos nuestro corazón!
- Ezequiel 35:1-15 | (Leer)
- Ezequiel 36:1-38 | (Leer)
- Hebreos 9:28 | (Leer)
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