“Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos” ( Santiago 2:8-10). ¿Alguno podrá decir que cumple cada punto de la ley de Dios sin fallar en nada? Damos gracias a Jesús por Su sacrificio con el cual nos permitió redención y vida eterna. Él vino a cumplir la ley y marcarnos el camino. ¡Él lo hizo por nosotros! Pero luego hay un deber del cual no podemos escapar y es el de cumplir los mandamientos. Y no hablamos únicamente de los diez mandamientos que más conocemos, sino más bien de la declaración que hizo Jesús cuando caminó en esta tierra y afirmó que la ley se resumía en: amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente, y amar al prójimo como a nosotros mismos. Santiago afirma, por su parte, que el que guarda toda la ley pero ofende solo en un punto se hace culpable de todo. ¡Qué fuerte declaración! Y da como ejemplo el hacer acepción de personas, algo que evidentemente era uno de los problemas de la época. Todos nos equivocamos de una u otra manera, pero es crucial corregir aquellas cuestiones que ofenden al Señor. Hoy es un excelente día para preguntarle: ¿hay algo que deba corregir en mi vida en este tiempo?
- Ezequiel 47:1-23 | (Leer)
- Ezequiel 48:1-35 | (Leer)
- Santiago 2:26 | (Leer)
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