Día 327: “No juzguemos a los demás”

 “Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?” ( Santiago 4:11-12). Cuando criticamos a alguien por lo que es, lo que hace, o deja de hacer, y luego damos un veredicto, nos ponemos en el lugar de Dios, quien es el único capaz de juzgar. La Biblia enseña que, cuando vemos a alguien hacer lo incorrecto, debemos exhortarle en amor y a solas. Si la persona no cambia, debemos llamar a un testigo y volverle a corregir. Mas si persistiere en pecar, entonces se tomarán otras medidas en la congregación. Pero nunca dice que murmuremos contra él. Murmurar implica hablar por lo bajo de alguien, sin que la persona esté presente, ni tenga derecho a réplica. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Edifica lo que estoy diciendo? ¿Sirve para algo que lo diga? Si la respuesta es no, entonces mejor no hablarlo. Nuestro modelo es y siempre será Jesús, quien frente a los pecados de otros, los confrontaba y corregía personalmente. Por otra parte, el Señor nos dejó esa magnífica enseñanza cuando expresó: “Saca la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja en el ojo de tu hermano”. Reflexioná: ¿Estamos soportando en amor, ayudando y perdonando a los demás sus ofensas, o criticamos con dureza sus errores?

  • Daniel 3:1-30 | (Leer)
  • Daniel 4:1-37 | (Leer)
  • Santiago 4:17 | (Leer)

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