Día 340: “¿Estamos amando?”

 “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano” ( 1 Juan 4:20-21). Me preguntaba: “¿De qué manera práctica podré amar a Dios y a mi prójimo?”. Una de las claves de este libro es, definitivamente, no aborreciendo a mi hermano. Según la definición, la palabra aborrecer significa lo siguiente: “Detestar enormemente algo o a alguien; cansarse de una persona”. En la Biblia esta palabra indica rechazo o repudio. ¡Qué terrible es cuando estos sentimientos viven en nosotros!, el rechazo, el enojo, el cansancio hacia una persona… Muchas veces como cristianos podemos luchar contra ellos o, lo que es peor aún, convivir. Cuando, por ejemplo, dejamos pasar mucho tiempo sin arreglar situaciones o desencuentros con personas cercanas, estamos dándole lugar al enojo y podemos terminar aborreciendo a alguien. Recuerdo que en una oportunidad me encontré luchando contra la falta de perdón; yo me justificaba y daba mis razones de tal enojo y distanciamiento, hasta que en una reunión en la iglesia Dios me confrontó y tomé la decisión de perdonar. Tal vez te sientas confrontado a través de esta palabra y debas dar el paso del perdón. Toma la decisión, no te vas a arrepentir. Desafío: Te desafío a que busques la perfección en Dios. Perdona al que te dañó, no guardes rencor, y sobre todo recuerda que Él nos perdonó primero.

• Joel 3:1-21 | (Leer)
• Amos 1:1-15 | (Leer)
• 1 Juan 4:1-21 | (Leer)